El Gobierno de Serbia anuló ayer de forma anticipada la independencia unilateral de Kosovo, a unos días de que previsiblemente la mayoría albanesa de esa provincia serbia la proclamara.
“Los actos y actividades de las autoridades interinas de Kosovo que proclamen la independencia unilateral son anulados porque violan la soberanía y la integridad territorial de Serbia”, precisó el Gobierno en un comunicado, citado por la agencia de noticias Tanjug.
El Ejecutivo serbio ha calificado la inminente proclamación de la independencia de Kosovo como una violación del derecho internacional y ha asegurado que tiene garantizada su soberanía e integridad territorial por la resolución 1244 del Consejo de Seguridad.
Esa resolución, adoptada al final del conflicto en 1998-1999, estipula que Kosovo sea administrada por una misión de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), pero permaneciendo en el interior del territorio serbio.
“La proclamación de la independencia de Kosovo representa una secesión violenta y unilateral de una parte del territorio de Serbia y por eso (esas decisiones) son nulas y sin valor”, subrayó el Gobierno serbio.
Serbia considera que Kosovo sigue siendo parte inalienable de su país y ha instado a los Estados miembros de las Naciones Unidas a no reconocer la soberanía de su provincia, situada al sur del territorio.
El Gobierno serbio solicitó una sesión urgente del Parlamento y al mismo tiempo determinó anular “todas las decisiones de los órganos de la Unión Europea (UE) de enviar una misión a Kosovo”.
LISTOS PARA FESTEJAR
El primer ministro, Hasim Thaçi, dio la orden esta semana de iniciar los preparativos públicos y Pristina, una de las ciudades más feas de la antigua Yugoslavia, entidad federativa cuyo desmoronamiento parece concluir ahora, se llenó de carteles, pancartas y banderas. “Sé la fecha y el pueblo de Kosovo también la sabe”, dijo Thaçi en la televisión. Todos hablan del domingo, pero nadie se atreve a apostar.
La pastelería Felini, una de las mejores de Pristina, tiene la masa lista para una tarta de seis sabores y mil kilos de peso que se colocará en el bulevar peatonal Madre Teresa, el centro de la celebración. “Sólo falta el anuncio oficial para terminarla. Para nosotros va a ser el trabajo más importante de nuestra vida”, afirma Lulieta, una de las 20 pasteleras que trabajan en un dulce que tendrá 25 metros cuadrados, la forma de Kosovo y alimentará a 30 mil personas. (El País)