Corea del Sur anunció el lunes que piensa expandir su cooperación con Corea del Norte tras la decisión estadounidense de sacar a Pyongyang de la lista de gobiernos que patrocinan el terrorismo, en tanto manifestantes conservadores salieron a la calle a fustigar la acción de Washington.
El sábado, Estados Unidos sacó a Corea del Norte de la lista de estados que propician el terrorismo. El gobierno de Pyongyang, a su vez, prometió reanudar el desmantelamiento de sus principales instalaciones nucleares y permitir el ingreso a esos sitios de inspectores de la Agencia Internacional de Energía Atómica.
Kim Ho-nyeon, vocero del Ministerio de Unificación de Corea del Sur, informó el lunes a periodistas que Corea del Sur analiza la posibilidad de "ajustar" varios proyectos con su vecino, entre ellos el envío de ayuda alimenticia a Corea del Norte.
Posteriormente, la oficina de Kim explicó que Corea del Sur ha intentado expandir sus proyectos económicos y su asistencia humanitaria a su vecino del Norte, junto con el avance en las negociaciones de desarme nuclear.
"Esperamos que el haber sacado (a Corea del Norte) de la lista, tendrá un efecto positivo en la mejora de los vínculos entre ambas Coreas", señaló Kim.
La decisión de Estados Unidos fue repudiada por sectores conservadores en Corea del Sur.
Unos 70 activistas realizaron el lunes un acto cerca de la embajada norteamericana en Seúl, exigiendo que Estados Unidos vuelva a poner a Corea del Norte en la lista de estados patrocinadores del terrorismo.
El periódico Dong-a Ilbo, que ha exigido tener una línea intransigente con Pyongyang, dijo el lunes en un editorial que la decisión de Estados Unidos era "difícil de aceptar".