El director general de la Organización de Naciones Unidas para la Agricultura y la Alimentación (FAO), Jacques Diouf, aseguró ayer que los resultados obtenidos tras la cumbre sobre la seguridad alimentaria están “a la altura de las expectativas”. (EFE)
La Organización de Naciones Unidas para la Alimentación y la Agricultura anunció ayer que durante la cumbre sobre seguridad, que concluyó ayer, algunos países se comprometieron a donar un total de seis mil 339 millones para la lucha contra el hambre en el mundo.
Según una nota de la FAO, los delegados de los países presentes en esta cumbre se “han comprometido para aumentar sus esfuerzos para la lucha contra el hambre y el desarrollo de la agricultura”.
Estos recursos económicos, añade la FAO, se destinarán “a los países más golpeados por la actual crisis alimentaria, para que puedan aumentar su producción de comida en la próxima temporada de siembra”.
Entre los donantes, el presidente del Gobierno de España, José Luis Rodríguez Zapatero, anunció 773 millones de dólares repartidos en cuatro años, mientras que Francia destinará mil 500 millones de dólares en cinco años.
Otras de las donaciones anunciadas por la FAO fueron las de Venezuela (100 millones de dólares), el Banco Africano para el Desarrollo (mil millones), Japón (150 millones), Banco Islámico para el Desarrollo (mil 500 millones, en cinco años), Kuwait (100 millones), Holanda (75 millones), Nueva Zelanda (7.5 millones), Reino Unido (590 millones), Organización de las Naciones Unidas (100 millones) y el Banco Mundial (mil 200 millones).
El director gneral de la FAO, Jacques Diouf, señaló que aunque en esta cumbre no se pretendía recoger fondos, “la sorpresa ha sido el anuncio de donaciones por parte de países e instituciones, que han superado cualquier expectativa”.
Termina cumbre entre objeciones
El proyecto de declaración final de la cumbre sobre seguridad alimentaria de la FAO que se celebra en Roma fue aprobado ayer por el Plenario con los viejos compromisos de eliminar el hambre del mundo y de no utilizar los alimentos como un instrumento político y económico.
Así, se reitera que es “inaceptable que 850 millones sigan malnutridas y ratifican el objetivo de conseguir la seguridad alimentaria a través de un esfuerzo constante para erradicar el hambre”. La declaración cuenta, sin embargo, con la objeción de Argentina y las duras críticas de Venezuela y Cuba, que consideran que en el documento no se adoptan medidas reales para acabar con el hambre en el mundo.
A esas críticas se unieron, tras la aprobación del proyecto, Ecuador, Nicaragua y Bolivia, después de lo cual el presidente del plenario cortó la palabra a las delegaciones.
La representante ecuatoriana dijo que “son muchos los países que no están de acuerdo” con el proyecto de declaración, pese a lo cual ninguno impidió que el documento fuera aprobado por todos los participantes, con la excepción de Argentina que ha hecho objeción al texto completo.