Dos mil trescientos jóvenes de 17 países entre ayer y hoy aprenderán en los pasillos de la sede de la ONU la dificultad de negociar y alcanzar acuerdos que dejen satisfechos a los 192 estados que conforman la organización multilateral.
Los adolescentes participarán en un simulacro del complejo proceso de toma de decisiones que llevan a cabo los países miembros de la Organización de las Naciones Unidas en materias de derechos humanos, seguridad y desarrollo.
El secretario general de la ONU, el coreano Ban Ki-moon, aventuró ayer en un su discurso de bienvenida en la sala de la Asamblea General de Naciones Unidas a los estudiantes procedentes de 153 escuelas que entre ellos se encuentra su futuro sucesor.
Ban les aseguró que su presencia en Naciones Unidas coincide con una revitalización de la organización después de que sus críticos en años anteriores se cuestionaran su misión.
“Yo siempre le digo a mis colaboradores que el péndulo oscila de nuevo en favor del multilateralismo”, apuntó.
El máximo responsable de Naciones Unidas les animó a mantener la voluntad de “trabajar en favor de un sueño” y citó el ejemplo de su compatriota, Han Seung-soom, que tras vivir una infancia en la pobreza desarrolló una larga carrera política que culminó en la presidencia de la Asamblea General de la ONU.
Ban también contestó preguntas de los estudiantes sobre la crisis alimentaria y la asistencia a las víctimas del ciclón que devastó el Sur de Birmania.
A los participantes en este programa de simulacro de Naciones Unidas se les asigna la representación de un país que no sea el suyo, y deben defender las posiciones de esas delegaciones incluso si no están de acuerdo con ellas, según los organizadores.
Adrián Fernández, un estudiante madrileño de 14 años, reconoció la dificultad de tener que asumir la identidad de adolescentes de países tan alejados de su realidad como Angola, a la que representará durante estos dos días de debates. “Creo que eso de ponernos en la piel de otra persona nos da madurez”, dijo.