Yo sentía desesperación, desesperación por deshacerme de ella”. Juan Carlos Castro Galeana detalla fríamente cómo arrojó una de las granadas en la plaza de Morelia la noche del Grito de Independencia.
Detenido por la Procuraduría General de la República por el crimen que dejó ocho muertos y más de cien heridos, Castro admitió haber arrojado uno de los artefactos. Su testimonio fue obtenido en un video tomado por la PGR.
“Como que me paniqueó y la arrojé, y como me dijeron que tenía que arrojarla faltando once y tantito. No sé si fueron sesenta o setenta... Lo que hice como quedamos, fue correr a donde quedó la camioneta en donde nos fuimos, y nos fuimos dos cuadras”, relata.
No tartamudea al hablar. No duda al detallar la forma en que lanzó la granada contra los asistentes a la celebración del 15 de septiembre, alrededor de las 11 de la noche.
“La apreté (la granada) y la oculté con mis manos y me dio escalofrío. Saqué el seguro, botó el candado y la aventé”.
Se le pregunta si vio los daños causados por la explosión, a lo que respondió que no se acercó porque estaba hecho “una bola de nervios”.
Castro Galeana es uno de los tres detenidos por la PGR en Apatzingán el miércoles pasado. Los otros cómplices son Julio César Mondragón y Alfredo Rosas. Los tres fueron identificados como miembros del grupo Los Zetas del Cártel del Golfo y ellos dicen que actuaron bajo órdenes de sus “patrones”.
Mondragón fue encargado de lanzar la segunda granada, minutos después de Castro. Dijo que llegó a la plaza de Morelia alrededor de las 10 de la noche y esperó comiéndose “un totopo y una hamburguesa”.
Relató que recibió instrucción de tirar la granada donde no hubiera gente, pero que el lugar estaba lleno. Se dirigió a un lado de la Catedral y le lanzó el explosivo a una camioneta que, creyó, era una patrulla.