‘Aprietan’ por alza de precios
Destinan mayor porcentaje del ingreso familiar para comprar alimentos.
El alza de precios en alimentos, agudizada en las últimas semanas, ha obligado a familias laguneras a destinar una porción cada vez mayor de su ingreso a la compra de comida y a cambiar algunos hábitos de alimentación.
Entrevistas con consumidores de clase media baja y media en tiendas y supermercados dejan ver con claridad el problema: en los últimos dos meses, el porcentaje de su ingreso que destinan a compra de alimentos aumentó de entre 9 y 10 por ciento a alrededor de 14 y 15 por ciento, mientras que su ingreso se mantuvo fijo.
Hace dos meses, el recibo del “mandado” de Jennifer Gómez, ama de casa y madre de dos hijos, era de 480 pesos a la semana. La última vez que fue al supermercado, hace unos días, tuvo que pagar 575 pesos para comprar lo mismo. Teme que la próxima vez que vaya de compras gaste hasta 700 pesos.
Gómez calcula que a principios de año gastaba 10 por ciento del ingreso familiar en alimentos, y ahora gasta 14 por ciento. Esto es todavía por debajo de la media nacional, que ronda el 22 por ciento, pero aún así ha tenido que ajustar el gasto.
Es el efecto del alza mundial en el precio de los alimentos, que ha golpeado en los últimos meses los bolsillos en la Comarca Lagunera.
Para mantener las finanzas familiares bajo control, muchas familias han tenido que cambiar algunos hábitos de alimentación. En algunos casos compran menos arroz, pues su precio casi se ha duplicado en un año, y más pasta de sopa. También han comprado menos carne de res y más pollo.
María de los Ángeles Rodríguez, ama de casa y madre de tres niños en la colonia Las Luisas, gastaba 190 pesos a la semana para comprar el surtido básico: arroz, azúcar, tortillas, leche, huevo, pollo, verduras y cereales. Ahora gasta 230 pesos por lo mismo.
La compra de Jennifer Gómez, que vive en la colonia Ampliación La Rosita, es mayor, pues incluye más variedad de verdura, como aguacate, brócoli, zanahoria y calabaza. Aún así, ambas mujeres comentan que han tenido que “apretar el cinturón” a la hora de hacer las compras.
Leticia Medina, ama de casa, dejó de comprar arroz para sustituirlo por pastas. Debido a que el aceite se ha encarecido en los últimos meses, compra menos carne y ya casi no lleva fruta a su casa.
Consumidores entrevistados dijeron que han dejado de comprar refrescos para cambiarlos por agua de sabor en sobres y han aumentado las papas y las verduras a los guisados para que rinda más la comida. Pero sobre todo, han bajado el consumo de carne.
En los últimos cinco meses, la canasta básica ha aumentado 10 por ciento y hasta ahora no se ve el fin de la escalada de precios.