Con 23 votos a favor, la abstención de la diputada perredista Diana Chavira y el abandono de la sesión por parte de la bancada panista, el Pleno del Congreso del Estado aprobó la Reforma Electoral de Tamaulipas.
En primera instancia, el presidente de la Comisión Especial para la Reforma Electoral, el diputado priista Felipe Garza Narváez leyó por más de una hora el dictamen.
La Reforma Electoral que entrará en vigor en los próximos días, una vez que sea publicada en el Periódico Oficial del Estado contempla 24 cambios a la Constitución vigente, de los cuáles 16 son modificaciones y adecuaciones y el resto adiciones.
Cuando el presidente de la Mesa Directiva, José Elías Leal, llamó a la discusión en lo particular del documento, el primero en pedir el uso de la palabra fue el panista Gelasio Márquez Segura, también lo hizo el priista Guadalupe González Galván. Con un silbido pedía ser tomado en cuenta.
En el inicio de su discurso, Gelasio Márquez abordó el tema de las matemáticas: “Tres es mayor que uno”.
La alusión se debió al mayoriteo que según el panista se impondría sin tomar en cuenta la opinión de las minorías.
“Este es el imperio de las matemáticas”, añadió para después hablar de temas académicos.
“En la escuela, los que somos maestros o catedráticos universitarios, sabemos que en los exámenes no se vale copiar y la reforma electoral de Tamaulipas es una copia de la federal”.
“Es mentira”, le gritó desde su curul el presidente de la Junta de Coordinación Política, Ricardo Gamundi Rosas.
Márquez leyó algunas coincidencias entre ambas leyes y después argumentó los motivos por los cuales su Partido en la entidad se oponía a la Reforma.
“Las mayorías mandan, pero no siempre tienen la razón”, concluyó el discurso, seguido de los aplausos de sus compañeros de bancada.
El panista se bajó de la tribuna, se enfilaba hacia su curul, pero en el pasillo que conduce a la puerta de acceso se detuvo viró hacia su izquierda y se dirigió hacia la salida, atrás de él ya iba toda esa bancada panista.
Mientras salían todos en fila india, Gamundi ironizó: “adiós”, “que les vaya bien”, “bravo, ya se van”, “despídanse no sean mal educados”, los panistas ni se inmutaron y tampoco se detuvieron para despedirse.
Incluso el diputado panista Raúl De la Garza Gallegos, secretario de la Mesa Directiva, también se salió, por lo que se tuvo que llamar a Pedro Carrillo para que los supliera en el estrado principal.
Los panistas no abandonaron el recinto legislativo, se fueron a sus oficinas, en tanto que el coordinador de los legisladores del PAN, Francisco Javier Cabeza de Vaca, justificó la salida de sus compañeros.
“No podemos avalar una pantomima, esa Reforma se hizo a modo del PRI y esta es una protesta, esa una acción para no apoyar esta payasada”, enfatizó.
Mientras tanto, Guadalupe González Galván leyó la postura del PRI. Enseguida, el también legislador del PRI, José Manuel Abdala, pero nadie ponía atención y es que todos esperaban el debate que ya no se dio.
Posteriormente se sometió a votación y casi por unanimidad se aprobó, solo con la abstención de la perredista Diana Elizabeth Chavira.
Así con los votos del PRI, Panal, Verde, PT y el de Cuitláhuac Ortega del PRD quedó aprobada la Reforma Electoral para Tamaulipas.
En el punto de Asuntos Generales, Chavira se fue duro contra el priista Felipe Garza Narváez.
Lo calificó de subordinado, lo comparó con el personaje de “Jaimito El Cartero”, “porque este pintoresco personaje enviaba misivas previamente concertadas”.
Le dijo: “Solo le recuerdo que aquí no es Tangamandapio, aquí es Tamaulipas”.
Y le hizo una reseña que está disponible en wikipedia de internet sobre los datos precisos de esa comunidad michoacana.
Los diputados presentes se reían, y no tanto por burlarse, si no más bien por la comedia que se escenificaba en el salón de sesiones.
Felipe Garza pidió el uso de la palabra, el presidente de la Mesa Directiva se la concedió, un diputado entre sí dijo, “tiene el uso de la palabra Jaimito El Cartero”.
Garza se defendió. Puso en práctica toda la experiencia que tiene y también se le fue duro a Chavira, en un pleito que ya tiene varias sesiones, en un debate que ya se puede constituir como personal.
La pintó como inexperta, ignorante, con poca capacidad y falta de cultura. Tardó 15 minutos en decirlo.
Chavira se quiso defender, pero solo atinó a decir que el priísta “tenía la cabeza vacía” y de esa manera no se podía debatir.
