Líderes de la Unión Europea ordenaron hoy a sus gobiernos que diseñen nuevas medidas de seguridad fronterizas y redoblen sus esfuerzos para endurecer las normas de inmigración y de asilo para el bloque de 27 países.
Los líderes de la UE dijeron en una reunión cumbre que el diseño de una política común de inmigración y control de las fronteras en Europa para el 2010 "es una prioridad esencial para los ciudadanos".
La acción ha sido recibida con creciente preocupación a nivel internacional ante temores de que Europa restrinja los derechos de aquellos que buscan refugio en naciones de la UE.
El presidente francés Nicolas Sarkozy dijo que una de las prioridades de su país durante la presidencia de la UE será el tema de la inmigración. Francia asume la presidencia de la UE de Eslovenia en julio.
Los líderes de la UE dijeron que "intensificarán sus tareas" mediante la aprobación de una serie de medidas que incluyen la admisión de obreros altamente calificados, la decisión de los derechos a ser otorgados a residentes no europeos, y la implementación de pactos con otros países para asegurar que reciban a indocumentados deportados de la UE.
Entre los planes en relación a inmigrantes y solicitantes de asilo figura la toma de huellas dactilares y revisión de antecedentes de todos los visitantes que crucen las fronteras del bloque, y el uso de un sistema de vigilancia vía satélite para impedir el ingreso de indocumentados.
Si las propuestas son aprobadas por los 27 gobiernos del bloque, eso representará una enorme revisión de las medidas de seguridad en la UE que costaría miles de millones de dólares.
Entre las propuestas figura establecer patrones comunes de seguridad en aeropuertos, puertos y puestos fronterizos con el propósito de impedir el ingreso de indocumentados y atrapar a miembros de bandas criminales antes de ingresar a la zona de la UE, donde los habitantes pueden circular libremente sin necesidad de presentar pasaportes en 24 de los 27 países.
El acuerdo del viernes trata de revitalizar esfuerzos para imponer pautas comunes a la inmigración, que fueron lanzados por primera vez por los gobernantes en 1999.
La renovación del compromiso se registró un día después que el presidente de Venezuela Hugo Chávez criticó la nueva ley de la UE de deportación de indocumentados, que forma parte de los planes del bloque para controlar el ingreso de inmigrantes ilegales. Las nuevas normas de la UE reducen los estándares de cómo tratar a los indocumentados arrestados, y en qué circunstancias deportarlos.
Chávez amenazó el jueves con cortar exportaciones de petróleo e impedir a países de la UE que inviertan en su país si aplicaban las nuevas normas, que fueron aprobadas por el Parlamento Europeo. Según explicó el presidente venezolano, la ley de la UE conducirá a la deportación en masa de inmigrantes que deberán ser alojados "en campos de concentración" hasta que sean expulsados.
El secretario de Relaciones Exteriores de Europa, el español Javier Solana, calificó de "totalmente desproporcionada" la amenaza de Chávez, según informó la agencia Europa Press.
El canciller checo Karel Schwarzenberg tomó a broma la amenaza de Chávez de que cortará los suministros de petróleo. "Por lo que sé, la mayor parte del petróleo de Venezuela va a Estados Unidos", dijo Schwarzenberg. "Por lo tanto, no cambia mucho las cosas".
Sarkozy desechó las amenazas de Chávez. "No hablamos para nada de eso", señaló el presidente de Francia en una conferencia de prensa.