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Apuesta india

JAQUE MATE

Sergio Sarmiento

“En un país de mil millones podíamos encontrar a 10 millones muy brillantes”.

Sam Pirotra

Este lunes tuve la oportunidad de entrevistar, en el marco de la Semana Nacional de la Ciencia y la Innovación del Gobierno de la Ciudad de México, a Sam Pirotra, el reconocido arquitecto de la revolución tecnológica de la India de los años ochenta. Pirotra, un hombre brillante, de notable elegancia tanto en el uso de la palabra como en el vestir, es actualmente presidente de la Comisión Nacional del Conocimiento del Gobierno de la India.

Lo primero que me llamó poderosamente la atención es que un país pueda tener una comisión gubernamental no para la educación o para la explotación de un recurso natural como el petróleo sino para el “conocimiento”. Pero esto explica en buena medida por qué la India, que en las décadas de 1960 y 1970 tenía una tasa de crecimiento de apenas 3 por ciento al año, hoy está alcanzando cifras de 8 y 9 por ciento, en tanto que en México tenemos una tasa de crecimiento sustentable de apenas 3 por ciento. En la India, personas como Pirotra entendieron que el camino a la prosperidad en el siglo XXI transita por la economía del conocimiento.

¿Cuáles son los factores que han permitido que la India supere de manera tan notable el 3 por ciento anual que en el pasado se consideraba “la tasa india de crecimiento? Las razones que me explica Pirotra son muy claras. Para empezar está la privatización de empresas estatales, proceso que ha permitido liberar recursos gubernamentales para usos sociales, pero que también ha vuelto más competitivas a las firmas de la India. Otro factor ha sido la apertura de la economía, que ha hecho también posible que las compañías de la India se vuelvan más eficientes y productivas.

En los últimos 20 años en que se han llevado a cabo estas reformas, la India ha tenido seis primeros ministros, me dice Pirotra. Pero a pesar de que éstos provenían de distintos partidos políticos, todos han entendido la necesidad de mantener estas políticas de apertura y privatización. Esto ha generado confianza de parte de los inversionistas que han apostado al futuro de la India, lo cual ha fortalecido el crecimiento económico del país.

En la India, por otra parte, se tomó la decisión de invertir grandes cantidades de dinero en educación, pero en educación de calidad. “Sabíamos que en un país de mil millones de habitantes podíamos encontrar a 10 millones muy brillantes”, me dice Pirotra. Y, efectivamente, los encontraron y sobre esa base empezaron a construir una economía basada en el conocimiento que ha tenido una de las tasas de crecimiento más elevadas del mundo en los últimos años.

El esfuerzo ha involucrado una cooperación entre el Gobierno y el sector privado. Con esta colaboración se han hecho enormes inversiones en infraestructura, particularmente de Internet de alta velocidad. India se encuentra hoy conectada con el mundo por una amplia red de líneas de fibra óptica que ha permitido atraer mucho del trabajo de computación y servicios que de otra manera se habría quedado en los mercados consumidores, como Estados Unidos y Europa. La telefonía celular es extraordinariamente barata en la India gracias a la competencia y a la inversión en infraestructura. También se ha invertido en instituciones tecnológicas y de educación superior de alto desempeño. El ingreso a estas instituciones es muy selectivo, pero una vez que un estudiante entra a una de ellas tiene aseguradas becas que le permitan continuar sus estudios sin preocupaciones económicas.

Manuel Camacho Solís ha sido el impulsor de la Semana de la Ciencia y la Innovación que ha traído a México no sólo a Pirotra sino a muchos otros científicos y académicos del mundo, como el futurista Alvin Toffler y el presidente del Panel Intergubernamental de Cambio Climático, Rajendra K. Pachauri, quien compartió el Premio Nobel de la Paz con Al Gore, el ex vicepresidente de los Estados Unidos.

Pero no basta con traer a estos especialistas a México. Es importante también escucharlos y hacerles caso. La receta que ofrece el doctor Pirotra es exactamente la que están rechazando muchos de los grupos políticos conservadores de nuestro país que presumen de su supuesta ideología de izquierda: privatizaciones, apertura de mercados, educación selectiva de calidad y una apuesta a la economía del conocimiento en lugar de a la de materias primas. En cambio nuestros políticos dicen no a las privatizaciones, a la apertura y a la educación selectiva de calidad. Quieren mantenernos hundidos en una economía decimonónica de materias primas, en lugar de avanzar a un siglo XXI en que el conocimiento es la verdadera fuente de riqueza y de prosperidad.

MARCHAS CONTRA LA CALIDAD

Mientras países como la India le apuestan a una economía del conocimiento, con lo que esto significa en términos de impulsar una educación de calidad, algunos grupos de nuestro sindicato de maestros organizan manifestaciones para presionar al Gobierno y echar para atrás la Alianza por la Calidad de la Educación. Quizá haya muchos puntos que puedan mejorarse en el acuerdo, pero su fundamento es correcto: la sociedad tiene derecho a exigir que los maestros de escuelas públicas sean los mejores disponibles y a rechazar que los sindicatos controlen el proceso de selección de nuevos docentes. En este punto el Gobierno no debe ceder.

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