La belleza de los cariocas se manifestó durante todo el espectáculo.
Seductoramente contagioso, lleno de color y ritmo, así es el folclor del Ballet del Amazonia del Brasil.
A través de sugerentes movimientos, este grupo compartió su lenguaje escénico durante su presentación de anoche en el Teatro Nazas, realizada a través de la Agencia Luis Partida.
Comenzó la rítmica jornada con la banda en vivo tocando suavemente los instrumentos típicos de la región del Amazonia como los curimbos, maracas, ganzas, claves, flauta, banjo y guitarra.
De pronto el ritmo subió de tono al igual que los colores, mientras las banderas del Brasil ondeaban en el escenario, y muy similar al latido de un corazón, las percusiones hicieron vibrar a los asistentes que se vieron invadidos de su sonido.
No hubo programa de mano, pero la secuencia del espectáculo es tan buena que cada quien pudo distinguir perfectamente lo que los bailarines comunican con sus cuerpos y con los elementos que utilizan, así pues es fácil adivinar que primero contaron el origen de su región, luego sus primeras actividades como la pesca, mujeres en el río, escenas metafóricas de delfines y diosas y el tan esperado carnaval con todas sus alegorías.
Los cantos típicos llamaron la atención del público así como una bailarina que emergía de en medio de una enorme manta con el torso completamente desnudo.
Y aunque no hay mucha sincronización en los movimientos del ballet sí existe un gran disfrute del baile en el cual destacó el marcaje de su ritmo, lo cual lo hacía mucho más contagioso entre más se repetía.
Tal y como se pudo haber imaginado el público, la intensidad de la noche fue creciendo, los movimientos cada vez se fueron tornando más candentes, y como si hubiera sol y calor, en el Teatro Nazas cobró vida un ambiente completamente tropical.
La alegría de la samba y otros bailes fueron presentados con agilidad por los integrantes del ballet, quienes lograron regalar a través de su música y danza un poco de la tradición de su país.
Al final de la noche, contagiados con la “batukada”, los asistentes despidieron efusivamente al Ballet del Amazonia con un gran aplauso.
