El armamento nuclear en el mundo, lejos de ser erradicado, crece y prolifera, lo cual ha llevado a conflictos diplomáticos entre varios países. (Archivo)
La erradicación de los fines bélicos en el uso de la energía atómica suscita cuestionamientos éticos y científicos entre investigadores.
La Guerra Fría terminó; pero el armamento nuclear, lejos de ser erradicado, crece y prolifera, lo cual concita la pregunta obligada: ¿cuál es su utilidad en el mundo actual?
Más allá de los cuestionables motivos geopolíticos de seguridad estratégica que invocan varias naciones para preservar ese tipo de armas -sobre todo Estados Unidos, que posee el mayor arsenal, seguido por Rusia- también hay razones técnico-científicas, a decir de algunos analistas.
Según un reporte de David Biello, editor de la revista Scientific American, existen numerosos investigadores que junto a los jefes militares -al menos en la Unión Americana- son partidarios de continuar con la producción de esos mortíferos artefactos.
La “justificación” o explicación en la cual se sustenta tal argumento corre en dos vertientes. La primera enfatiza la necesidad de preservar el conocimiento teórico y práctico (know how) acumulado sobre diseño y fabricación de instrumentos atómicos.
La segunda tiene en cuenta que esa clase de arsenal, tras permanecer almacenado durante años e incluso décadas, ha alcanzado su “fecha de caducidad” y por tanto requiere una renovación, proceso en el cual necesariamente debe aplicarse o incluso generarse conocimiento científico.
“Muchos de los participantes en los programas nucleares pioneros (en la Segunda Guerra Mundial) ya fallecieron, se retiraron o su conocimiento se ha vuelto inaccesible. Por supuesto existen registros, pero muchos físicos dicen que no hay nada como aprender haciendo”, consigna Biello.
Sin embargo, señala que basados en los resultados de sucesivos ensayos nucleares (donde se hacen explotar las armas bajo condiciones controladas) otros físicos “muy respetados” en EU han concluido lo contrario: que el arsenal no ha “envejecido”.
DESARME Y APLICACIONES PACÍFICAS
En una posición conciliadora, otros científicos aseveran que es factible hacer los ejercicios de diseño de las armas nucleares sin necesidad de construirlas.
También hay quienes destacan la posibilidad de simular a través de modelos computarizados el funcionamiento y los efectos de un arma nuclear. Pero es poco probable que los jefes militares acepten respaldarse en arsenal nunca probado en el campo.
Entretanto, los defensores de las aplicaciones pacíficas de la tecnología atómica pronostican una nueva era nuclear sellada ya no por la amenaza de extinción masiva que pendió sobre la humanidad en el siglo XX, sino por el aprovechamiento de esta inagotable fuente de energía.
Hasta ahora, este usufructo sólo se ha logrado con reactores de fisión, en cuyo interior se efectúan “particiones” de núcleos atómicos de elementos pesados, como el uranio. El resultado es una reacción en cadena (como la provocada por las bombas, pero controlada) que genera energía usada para generar electricidad.
De hecho, el Organismo Internacional de Energía Atómica dio a conocer en octubre pasado una proyección en la cual estipula que la prominencia de la energía nuclear continuará durante varias décadas.
En el reporte, titulado Energy, Electricity and Nuclear Power for the Period up to 2030, el organismo estableció dos proyecciones.
En una prevé un crecimiento en la generación de energía eléctrica por medio de reactores nucleares desde 370 gigawatts en 2006 hasta 447 gigawatts en 2030.
En su segunda proyección, más optimista, el Organismo calcula que la capacidad mundial de generación de nucleoelectricidad aumentará hasta 679 GW en el mismo periodo referido, lo que significaría una tasa de crecimiento de 2.5% anual. (Un gigawatt equivale a mil megawatts o a mil millones de watts).
“Nuestro trabajo no es tanto predecir el futuro, sino estar preparados para afrontarlo”, señaló Alan McDonald, quien es analista de esa institución internacional.
Por supuesto, la alternativa no bélica para uso de energía atómica es menos peligrosa, pero tiene sus inconvenientes, pues aun cuando ayuda a atenuar la generación de gases de efecto invernadero, genera residuos radiactivos de difícil manejo.
Además, estos materiales remanentes podrían ser aprovechados para construir armas.
Así pues, la elección final sobre usar la energía nuclear sólo para labores civiles y erradicar sus fines bélicos tendrá que sustentarse -como ocurrió al fin de la Segunda Guerra Mundial- en criterios no sólo científicos, sino políticos.
La guerra y la paz
Estados Unidos ha exigido a otras naciones, como Corea del Norte e Irán, cesar sus proyectos de desarrollo nuclear.
Sin embargo, EU posee el mayor arsenal del mundo, calculado en entre 5 mil 866 y hasta 10 mil armas de este tipo. Rusia tiene un mínimo de 4 mil 162.
En los usos pacíficos de la energía atómica, los estadounidenses también están a la cabeza con 104 reactores nucleares y 29 en prospecto. Los sigue Francia con 59, Japón con 55 y Rusia con 31.
En México operan reactores experimentales la UNAM y el Instituto Nacional de Investigaciones Nucleares, además de los dos de la central nucleoeléctrica de Laguna Verde, en Veracruz.
Potencial mortífero
Dentro del moderno arsenal nuclear, las bombas de fisión que arrasaron ciudades japonesas en 1945 son ya “primitivas”.
*El poder destructivo de éstas era de unos 15 kilotones (15 mil toneladas de TNT), y las armas actuales de fusión poseen una potencia que se mide en megatones (millones de toneladas de TNT).
*Las tres clasificaciones son:
-Bombas de gravedad: se arrojan desde un avión, como las célebres Little Boy y Fat Man, de Uranio 235 y Plutonio-239, respectivamente, con las que EU destruyó Hiroshima y Nagasaki con un saldo de 100 mil muertos.
-Misiles balísticos intercontinentales: están dotados con ojivas nucleares y alcanzan alturas suborbitales y en parte orbitales (debajo y en el rango de 400 kilómetros). Su trayectoria y blanco son predeterminados.
-Submarinos de misiles balísticos: representan el mayor desafío, pues es casi imposible detectarlos ya que pueden acceder a cualquier región y nadie sabe exactamente dónde están.
*En el mundo existen 435 reactores nucleares:
-104 en EU.
-59 en Francia.
-55 en Japón.
-31 en Rusia.
-29 en construcción