Clinton busca que victoria en Virginia Occidental replantee futuro de campaña.
Hillary Clinton logró ayer un aplastante triunfo en la elección interna del Partido Demócrata en Virginia Occidental que, sin embargo, le sirve de poco para recortar la ventaja de Barack Obama en pos de la nominación presidencial.
Según el conteo oficial, al cierre de esta edición la ex primera dama ganaba con 59 por ciento de los votos frente a 34 por ciento de Obama, confirmando así la debilidad del senador por Illinois en una entidad de las más pobres y con 94 por ciento de población anglosajona.
Clinton obtendrá la mayoría de lo 28 delegados en disputa en Virginia Occidental, pero recortaría en muy poco la ventaja de más de 180 delegados que Obama le lleva y son quienes elegirán al candidato en la Convención Nacional de agosto. Con su triunfo, Clinton logra oxígeno para tratar de completar el calendario electoral, al que le resta por disputar 201 delegados: el 20 de mayo en Kentucky y Oregon, el 1 de junio en Puerto Rico y el 3 de junio en Montana y Dakota del Sur.
Antes de conocerse los resultados, la campaña de Obama no sólo adelantaba la derrota en Virginia Occidental, sino que también vaticinaba lo mismo en Kentucky, aunque acotando que, pese a ello, el senador sigue liderando la carrera.
Clinton quiere que el triunfo en Virginia Occidental sirva para que los más agoreros se replanteen el futuro de la campaña electoral demócrata.
“Estoy más decidida que nunca a seguir en esta campaña”, dijo anoche Hillary, quien salió al paso de los críticos que insisten en que debe retirarse y aseguró que “esta campaña ha sido buena tanto para el partido Demócrata como para el país”.
“Soy la candidata más fuerte y seré la presidenta más fuerte”, agregó Hillary.
Las encuestas a pie de urna demostraron ayer que en ese estado, que es blanco en un 95 por ciento, dos terceras partes de los votantes indicaron que la economía es el asunto más importante en estas elecciones y entre los que dijeron estar “muy preocupados” por la situación económica, más del 70 por ciento votó por Hillary.
Igualmente, la senadora por Nueva York se hizo con el 71 por ciento del voto de las mujeres de este estado, mientras que Obama sólo consiguió el 27 por ciento de los sufragios femeninos.
Entre los hombres, la ex primera dama consiguió algo menos del 60 por ciento de los votos. El resto se decantó por Obama.
Virginia Occidental no es, ni de lejos, un estado importante dentro del mapa político de Estados Unidos, pero entre sus leyendas, aireada hasta la saciedad estos días por la ex primera dama, está el hecho de que ningún demócrata ha llegado a la Casa Blanca desde 1916 sin ganar las primarias de ese estado.
Sin embargo, esta no es la primera vez que este estado, más blanco, más pobre y menos educado que la media nacional, ha jugado un papel importante en el proceso electoral de Estados Unidos.
La última vez fue en 1960, cuando John F. Kennedy disputaba arduamente la candidatura demócrata a Lyndon B. Johnson y Hubert Humphrey, y Virginia Occidental, un estado desgajado de Virginia durante la Guerra de Secesión, en el siglo XIX, se planteó como una especie de reválida para el joven y católico senador por Massachusetts.
En aquella ocasión, Kennedy, que como Clinton se volcó a hacer campaña en estas tierras, consiguió ganar en un estado de protestantes, a pesar de ser católico.
Y, como predica Hillary, tras ganar en Virginia Occidental, se hizo con la Casa Blanca.