George Michael no puede dejar atrás sus problemas de drogas. (AP)
El cantante británico George Michael fue detenido el pasado viernes por posesión de drogas mientras se encontraba en unos urinarios públicos de Londres.
La persona que cuidaba del local se percató de que un individuo se demoraba allí más de lo razonable y llamó a la policía, que acudió inmediatamente.
Los agentes registraron al cantante y descubrieron que llevaba encima cannabis y cocaína crack, según informaron varios medios británicos.
Sin revelar su identidad, un portavoz de la Policía Metropolitana confirmó la detención de un varón de 45 años por posesión de drogas y su traslado a una comisaría del norte de Londres.
En una reciente entrevista con la BBC, Michael habló públicamente de su afición a las drogas: “Soy un hombre feliz y puedo permitirme la marihuana. No es un problema”, afirmó entonces.
Michael es uno de los artistas que han conocido una carrera más espectacular en el mundo de la música.
Ha vendido más de 100 millones de discos en todo el mundo, siete de los cuales han sido número uno en Estados Unidos y once en Gran Bretaña.
Pero su vida privada no ha discurrido tan bien como su carrera: en 1998 se vio obligado a revelar su homosexualidad tras ser detenido por obscenidad en unos urinarios públicos en Beverly Hills (California).
Recientemente confesó que sus últimos veinte años habían sido muy deprimentes para él por la pérdida de su compañero, Anselmo Feleppa, víctima del Sida, y la muerte, algún tiempo después, de su madre.
En octubre de 2006, la policía británica le encontró dormido sobre el volante de su coche, y en mayo del año pasado fue declarado culpable de conducir bajo la influencia de las drogas.
Michael fue condenado el pasado junio a cien horas de trabajos comunitarios y se le prohibió conducir durante dos años.
