George Clooney ha dicho: “Soy fan de Obama desde hace un año”. (Archivo)
En Hollywood no solo se hacen películas, también se construyen campañas presidenciales y se financian candidatos. De 1989 a la fecha, Hollywood ha donado unos 100 millones de dólares tan sólo en elecciones federales, según documentó el analista Eric Altman en su ensayo The Hollywood campaign. Y 80 por ciento de esa cifra fue para los demócratas.
Ese dinero tiene rostros y nombres: son los actores, productores y directores de cine quienes gastan una parte de sus ingresos en apoyar a sus favoritos.
En el presente periodo, Michael Douglas ha sido el más dadivoso con los demócratas: ha contribuido con 4 mil 600 dólares para las campañas de Barak Obama y Hillary Clinton. Y seguramente hubiera dado una mayor cantidad pero esta cifra es el tope impuesto apenas hace un año por la ley para donaciones personales a comités de campaña.
En su caso, Douglas optó por apoyar a ambos candidatos, pero también ha quienes deciden hacer una apuesta más arriesgada: Ben Afleck donó los mismos cuatro mil 600 dólares pero sólo a la campaña de Barak Obama, lo mismo que Ellen Barkin con 2 mil 300 dólares.
Con base en estas cifras, el analista Altman señala: “Hollywod es el tercer pilar de la estructura financiera del Partido Demócrata”. En el lado contrario, Clinton cuenta con el apoyo económico de Glenn Close con 2 mil 300 dólares y de Ben Stiller que selló su compromiso con los 4 mil 600 dólares de rigor.
Henry Fonda acuñó en los años 80 una frase lapidaria: “Ningún mal actor puede ser un buen presidente”. Lo dijo justo en la época en que el mal actor Ronald Reagan fue presidente.
La frase denota también un enfrentamiento ideológico: Hollywood es territorio demócrata y es difícil que las estrellas contribuyan a la causa de los republicanos, cuyas arcas se alimentan de otra industria igual de poderosa: gas y petróleo. En los últimos veinte años Hollywood contribuyó con 100 millones a los demócratas mientras los empresarios del petróleo reunieron 114 a los republicanos.
Es cierto que son pocos los actores de derecha, pero sus nombres suenan importantes, desde el mítico Charlton Heston hasta el ex actor convertido en gobernador del estado de California Arnold Schwarzenegger.
Además, los republicanos han utilizado este fenómeno como una crítica hacia sus contrincantes, a quienes califican igual de frívolos y elitistas que el mundo de Hollywood.
El citado artículo de Eric Altman revela que durante las elecciones presidenciales del año 2000, los residentes del lujoso barrio angelino Beverly Hills (donde muchos actores tienen su residencia) sumó donaciones por 6 millones de dólares.
Sin embargo, acota que nadie puede decir que ese dinero garantiza la presidencia. El vocero de George Busch en las elecciones de 2004 señaló: “Esta campaña no se ganará en Hollywood”. Altman refuta: “Quizá no, pero se financia ahí”.
Además debe considerarse el impulso moral que implica la voz de un actor hablando a favor de alún candidato. George Clooney ha dicho: “Soy fan de Obama desde hace un año”. Robert de Niro se sumó a la moción durante un mítin en Nueva Jersey a favor de Obama: “Nunca antes he dado un discurso político ¿Qué hago aquí? Estoy aquí porque finalmente una persona me ha inspirado esperanza”.
Por supuesto, cada uno de ellos ha donado sus respectivos 4 mil 600 dólares con la esperanza de que gane las elecciones.