Asegura Conagua que nivel de la presa es controlable
La presa Lázaro Cárdenas está al 90 por ciento del nivel, que es perfectamente controlable por la Comisión Nacional del Agua (Conagua), por debajo del nivel total de almacenamiento. Esto significa que el vaso no está completamente lleno, sino que es el nivel manejable y una vez que se alcance el 100, la dependencia comenzará a verter agua a la presa Zarco y posteriormente al cauce del río Nazas.
Tanto la presa Lázaro Cárdenas como la Francisco Zarco se miden en dos sentidos, el Nivel de Aguas Máximas Extraordinarias (NAME) y el Nivel de Aguas Máximas Ordinarias (NAMO). El primero es el nivel mayor, donde la presa se mantiene controlando salidas por obra de toma o por vertedor, es un volumen que no se puede retener. Es a partir del segundo cuando iniciaría el estado de alerta para abrir las compuertas.
En los reportes oficiales, la Conagua maneja una capacidad de almacenamiento de dos mil 873 y 365 millones de metros cúbicos para las presas Lázaro Cárdenas y Francisco Zarco, respectivamente, este es el NAMO, valores con los cuales se compara el porcentaje de almacenamiento.
Es decir, la presa Lázaro Cárdenas tiene un NAME de cuatro mil 438 millones de metros cúbicos y un NAMO de dos mil 873. A partir de esta última cifra se determina que el vaso se encuentra al 90 por ciento de su capacidad, a dos mil 577 millones de metros cúbicos, pero es un porcentaje mucho menor si se toma como referencia el NAME. De este modo, la Conagua iniciará la derivación de aguas al llegar al 100 por ciento del NAMO, pero esto no significa que la presa ya estará desbordándose, sino que es el nivel de aguas que es perfectamente almacenable sin verter.
En forma temporal, la presa Lázaro Cárdenas puede almacenar hasta cuatro mil 438 millones de metros cúbicos de agua y la Francisco Zarco hasta 436 millones, pero a este nivel (NAME) se tendrían que abrir las compuertas y desfogar el agua, por tanto se trata de un volumen que no se puede retener.
A partir del NAMO, la dependencia comienza su estado de alerta ante la posibilidad de abrir las compuertas en forma gradual para evitar riesgos de inundación.
El manejo de la presa permite recibir agua en forma indiscriminada hasta llegar a ese nivel, pero cuando ya se alcanza el NAMO ello no significa que ya no le cabe más, sino que la Conagua inicia con sus medidas de precaución y a considerar el posible desfogue, a fin de evitar riesgos para las comunidades cercanas a las riberas del río Nazas.
Ajustes
A lo largo de varias décadas se han presentado algunas mejorías que han derivado en la modificación de las cifras de las presas.
En la evolución de la presa Lázaro Cárdenas, hubo varias etapas donde se hacen diferencias en los niveles. En 1972 se llevó a cabo la sobre elevación de la presa y se modifican sus características para controlar el agua que sale, a fin de tener mayor seguridad en la zona conurbada de la Región Lagunera. La elevación de la corona de la cortina ya no es la mil 630 sobre el nivel del mar sino la mil 635 para sobreprotección del vertedor libre y con la finalidad de contar con un tercer vaso.
A principios de los años 90 se realiza una batimetría de la presa, una medición para verificar las condiciones de azolve, con la finalidad de programar con tiempo los trabajos que permitan continuar las operaciones en la presa. Con ello, se construyó una nueva curva de relación, elevaciones y capacidad, lo que hizo que se modificaran los datos respecto a las elevaciones y almacenamientos.