El gobernador Zeferino Torreblanca se negó a hablar acerca de las 9 personas decapitadas en Guerrero. (Archivo)
Confirma la Sedena la muerte de ocho militares en Guerrero.
La Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) aseguró que el asesinato de ocho militares en Chilpancingo son actos cobardes que pretenden amedrentar a las Fuerzas Armadas, por las acciones que realizan en contra de las organizaciones criminales en Guerrero.
La Sedena confirmó que los días 9, 20 y 21 de diciembre fueron localizados en Chilpancingo los cuerpos sin vida de ocho militares que presentaban signos de tortura y desprendimiento de cráneo.
En un comunicado, en el que identifica a cada uno de los militares asesinados, la Sedena atribuyó los homicidios “a los fuertes golpes que el Ejército y Fuerza Aérea mexicana han dado a las organizaciones criminales de esa entidad federativa”.
La dependencia informó que dichos golpes han provocado una merma tanto funcional como económica de las organizaciones criminales, “quienes tras la ofensiva emprendida por el Gobierno Federal se sienten acorralados y debilitados, respondiendo con estos actos cobardes que pretenden amedrentar las acciones que realiza este instituto armado”, sostuvo.
Precisó que el 9 de diciembre fue localizado en Chilpancingo el cuerpo del sargento primero de Infantería Carlos Alberto Navarrete Moreno.
Los días 20 y 21 de diciembre fueron encontrados los cadáveres del capitán segundo de Infantería Ervin Hernández Umaña, del cabo de Infantería José González Mentado, el también cabo Juan Muñoz Morales; los soldados de Infantería Julián Teresa Cruz y Catarino Martínez Morales, el sargento primero de Informática Juan Humberto Tapia Romero y el sargento segundo jardinero Ricardo Marcos Chino.
La dependencia detalló que las autoridades correspondientes realizan las investigaciones del caso y ratificó su compromiso de continuar combatiendo al narcotráfico para recuperar los espacios que ha ocupado “y brindar la seguridad y paz social que reclaman los mexicanos”.
Piden vigilar a ex soldados
La bancada del PRI en el Senado propuso dotar al Ejército de facultades para vigilar a sus elementos cuando abandonen las filas castrenses por cualquier motivo, a fin de evitar que sean cooptados por el crimen organizado.
También planteó la necesidad de que esas fuerzas informen a la autoridad civil cuando un elemento deserte de las mismas y proporcione datos que conduzcan a su paradero.
En entrevista, el senador Fernando Castro comentó que en 2008 han desertado por lo menos 18 mil soldados que se suman a los más de 150 mil miembros del Ejército que han abandonado esa institución
durante los últimos ocho años, de los que 560 son de élite.
Se trata de elementos entrenados en el manejo de armas y en la toma de decisiones tácticas y estratégicas y lo más preocupante, advirtió, “es que un número de ellos, por menor que sea, serán cooptados por el crimen organizado”.