Durango

Asesinos, fuera de peligro

La autoridad tomó las instalaciones de la clínica como una casa de arraigo, pero ni siquiera pidió permiso.

La autoridad tomó las instalaciones de la clínica como una casa de arraigo, pero ni siquiera pidió permiso.

Militares, preventivos, ministeriales y agentes federales realizan guardías en hospital privado

Más de 30 elementos de todas las corporaciones policiacas, incluyendo al Ejército, con sus fusiles en mano y con todos sus sentidos en alerta, aguardan pacientemente en las afueras del Sanatorio Santa Catarina un posible rescate de los tres presuntos asesinos que ejecutaron a cinco sujetos el martes pasado en el Centro de la ciudad capital; El Siglo de Durango ingresó hasta el área de hospitalización donde se percató que afuera de los cuartos 19, 23 y 28 se encuentran por lo menos tres agentes completamente armados resguardando a los homicidas, quienes ya están fuera de peligro de muerte, según lo declaró el director del nosocomio, Alfredo Viveros.

“Nunca había visto lesiones de bala de esa magnitud”, comentó el doctor Viveros en una entrevista exclusiva con este medio de comunicación, “fueron múltiples los balazos que recibieron los sujetos internados a los que se les apreciaron no heridas, sino más bien boquetes”.

UNA CLÍNICA SITIADA

A las 10:00 de la mañana de ayer mi compañero fotógrafo y yo decidimos hacer un recorrido por las inmediaciones del Sanatorio Santa Catarina donde tienen internados a tres de los participantes en la balacera del martes pasado en la calle Carlos León de la Peña, en el centro de la ciudad capital.

Llegamos a las calle Lima y bulevar De las Rosas, del fraccionamiento Jardines de Durango, a media cuadra de la clínica, y nos encontramos con seis elementos del Ejército Mexicano vigilando la zona, nos bajamos del carro y nos dirigimos hacía el sitio acordonado, donde tres policías municipales nos impidieron el paso argumentando que había órdenes superiores de no dejar circular por ese sector a nadie, a menos que fuera una situación justificada.

Desde ahí se apreciaban una decena de agentes de la Dirección Estatal de Investigación (DEI) justo afuera de la clínica, también en espera de la llegada de un posible comando armado para rescatar o bien para rematar a los presuntos asesinos.

De inmediato los vecinos del lugar manifestaron el descontento por la exagerada presencia de agentes, algunos comprendiendo la situación, pero otros reclamando por que no han podido abrir sus locales comerciales porque prácticamente les espantan a los clientes.

MÁS AGENTES EN ALERTA

Tras la negativa de acceder a la clínica nos fuimos a la calle Limón y bulevar De las Rosas, por donde está la otra entrada al inmueble, por ese lado no había presencia del Ejército, pero estaba como una docena de agentes de la Policía Estatal Preventiva (PEP), a quienes con el argumento de que queríamos hablar con un comandante nos dejaron pasar.

Ya estando en la puerta del nosocomio saludamos a un comandante de la PEP y a dos de la Policía Federal Preventiva (PFP); así como a dos oficiales de la Agencia Federal de Investigación (AFI). Además a un costado, a bordo de una camioneta tipo Ven, había más elementos de la Federal.

Nos comentaron que han estado ahí unas ocho horas y otros 12 ó más, al pendiente de lo que pudiera pasar, pero que no sabían sobre el estado de salud de los custodiados, sólo hacían presencia.

HASTA LA COCINA

Con el pretexto de que teníamos que hablar con el director del sanatorio nos dejaron entrar al inmueble, donde nos explicaron que el nosocomio tiene las puertas abiertas al público pero que con la presencia policiaca los pacientes no van, situación que se traduce en muchas pérdidas para la clínica.

Como todavía no llegaba el doctor Alfredo Viveros, director del sanatorio, aguardamos en la sala de espera, mientras veíamos cómo entraban tanto agentes de la DEI y de la Policía Municipal como de la AFI, durante el cambio de turno.

Minutos más tarde nos “colamos” por los pasillos del nosocomio hasta llegar al área de hospitalización, donde nos percatamos de la presencia de por lo menos tres agentes de la Policía Municipal y de la PEP afuera de cada uno de los cuartos donde están internados los presuntos delincuentes.

En el interior de los tres cuartos, el 19, 23 y 28, nos enteramos que se encuentran familiares de los internados acompañándolos.

COMO EN ANTAÑO

Al estar platicando con el personal del lugar nos platicaron que hace más de diez años se suscitó una situación similar a la que se está viviendo actualmente, cuando varios sujetos llegaron completamente armados para rematar a dos presuntos narcotraficantes que estaban internados.

Comentaron que eran dos los delincuentes que habían ingresado lesionados por proyectil disparado por arma de fuego y que al día siguiente al lugar arribó un comando armado y disparó sobre las camas donde se presumía que estaban los narcos y posteriormente huyeron.

Sin embargo, justo en ese día a los delincuentes los había cambiado de cama y nadie resultó herido, por lo que todo quedó en un intento de rescate provocando al día siguiente, ahora sí, una importante presencia policiaca.

IMPRESIONANTES HERIDAS

A la llegada del doctor Viveros nos comentó que los tres lesionados que ingresaron el martes pasado a su clínica ya se encuentran fuera de peligro de muerte, aunque dos aún están delicados; Horacio Hernández Ríos sólo presentó una herida que le fracturó todo el pie izquierdo y otra en la espalda pero que no le afectó órganos importantes.

Sin embargo, Jorge Martínez García y Guillermo Ramos, sufrieron múltiples heridas en todo el cuerpo, “eran boquetes los que se les apreciaban, nunca había visto heridas de bala de esa magnitud, no se qué tipo de armas usaron pero destrozaron muchos órganos importantes”, informó el galeno.

Se tuvo conocimiento que además de las lesiones de bala tenían muchas heridas producidas por esquirlas o fragmentos de plomo, siendo posible que hayan usado alguna escopeta o granadas de fragmentación.

CÓMO LLEGARON

Viveros narró cómo fue que llegaron los lesionados a su clínica: “Eran como las 13:00 horas del martes y una mujer a bordo de una camioneta llegó a la puerta del sanatorio y bajó a uno de los lesionados, los camilleros del lugar la ayudaron y lo internaron de inmediato en el quirófano.

“Como diez minutos más tarde llegaron los otros dos lesionados y también ameritaban intervención quirúrgica de inmediato”, añadió.

“Lo bueno es que estábamos los tres cirujanos en el sanatorio, mi hijo, mi yerno y yo, así que de inmediato cada uno empezó a operar a los heridos de manera oportuna por lo que se logró salvarles la vida”, declaró.

“Con mis dedos detuve la hemorragia mientras lo intervenía, pues la herida le había ‘volado’ una parte de la arteria subclavia del lado derecho, que de no ser operado oportunamente habría muerto desangrado”.

CASA DE ARRAIGO

El director del nosocomio añadió que él no ha recibido ningún oficio ni ha entablado comunicación alguna con las autoridades, es más, comentó, “ustedes son los primeros que me preguntan sobre el estado de salud de los lesionados”.

Dijo que nadie le dice nada, todos entran como si nada al sanatorio, como si estuvieran usándolo como una casa de arraigo.

Así mismo manifestó que el Gobierno debería tener alguna clínica para este tipo de casos en un lugar que no esté en una zona habitacional, pues tanto a los vecinos como al mismo personal del nosocomio han provocado muchas molestias al momento en que pretenden ingresar al área.

Por último comentó que en el área que le tienen rentada al ISSSTE se practican por lo menos 20 cirugías diarias y en lo que respecta al Santa Catarina se llevaban a cabo dos operaciones y más de 20 consultas, además de estudios de laboratorio y más servicios que se prestan, por lo que esta situación está produciendo pérdidas importantes pues aunque no están cerradas las puertas al público los pacientes no acuden al ver la presencia de los agentes policíacos.

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