“Decir que necesitamos otros consejeros del IFE porque los actuales lo hicieron mal en 2006… equivale a decir que necesitamos también otros legisladores pues los actuales nacieron de una elección que estuvo mal”. Héctor Aguilar Camín
Luis Carlos Ugalde confirma en su libro Así lo viví que fue presionado por importantes políticos antes, durante y después de las elecciones del 2 de julio de 2006. Pero al contrario de quienes han afirmado que esto demuestra que los comicios fueron fraudulentos, Ugalde subraya que ganó el candidato que más votos obtuvo en el proceso más intenso y cerrado de la historia de nuestro país.
El libro es una crónica personal de Ugalde como presidente del IFE. Su estilo es sencillo y fascinante como narrativa, muy distinto a los estudios académicos a los que nos había acostumbrado el ahora investigador visitante en la Universidad Harvard. Así lo viví, nos muestra una clase política que no ha abandonado sus viejas mañas, a pesar de los cambios registrados en la legislación electoral.
Ugalde narra cómo Elba Esther Gordillo, cuando era coordinadora de los diputados del PRI, lo llamó por teléfono en 2003 para ofrecerle la presidencia del IFE. Pese a lo que se ha dicho, la maestra no era cercana a Ugalde, quien la había conocido poco antes en una cena. El PRI, de hecho, había promovido primero la candidatura de Diego Valadés y después la de Alfonso Zárate, sin obtener el respaldo necesario de los otros partidos. Ugalde era, sin embargo, un candidato que podía obtener el respaldo mayoritario que se requería para designar al nuevo presidente del IFE.
La maestra Gordillo, sin embargo, trató de “cobrarle el favor” a Ugalde en varias ocasiones. A través de Fernando González, su yerno y hoy subsecretario de Educación Básica, le solicitó primero no ratificar a Carmen Alanís como directora de capacitación, por su supuesta cercanía con Manlio Fabio Beltrones, y tras la renuncia de ella dos años después le pidió, otra vez a través de González, la designación de Humberto Trejo en el cargo que ella había dejado vacante. En ambas ocasiones Ugalde declinó apoyar la propuesta. La noche de la elección del 2 de julio de 2006 la maestra Gordillo llamó en dos ocasiones a Ugalde por teléfono, para pedirle que reconociera el triunfo de Felipe Calderón, pero el consejero presidente se negó a tomarle la llamada. También Manlio Fabio Beltrones presionó a Ugalde para designar a su concuño, José Manuel Moreno Aguiñiga, como contralor del IFE, a lo que también se negó Ugalde. Manlio Fabio, al parecer, no olvidó el desaire y tuvo un papel crucial en la destitución de Ugalde en 2007.
Las presiones y problemas no vinieron sólo del PRI. Ugalde trató de convencer al presidente Vicente Fox de que asumiera una actitud neutral ante el proceso de 2006 para evitar manchar la elección. Pero el presidente, quien claramente no quería el triunfo del perredista Andrés Manuel López Obrador, se resistió testarudamente. La noche del 2 de julio tanto el presidente como el PAN cuestionaron la supuesta falta de valor de Ugalde para dar un vencedor a las once de la noche, a pesar de que el conteo rápido elaborado por el IFE mostraba un empate técnico. Apenas dos semanas antes los partidos y el IFE habían acordado que no se daría un resultado con el conteo rápido si la diferencia entre el primero y el segundo lugar era inferior al 0.6 por ciento.
Mientras los panistas presionaban a Ugalde para dar como ganador a Calderón, Andrés Manuel López Obrador salió ante las cámaras de televisión esa noche del 2 de julio para decir que, “aunque voy a ser siempre respetuoso de las instituciones…, quiero informar que de acuerdo a nuestros datos ganamos la Presidencia de la República. Tenemos información de conteos rápidos en donde estamos, cuando menos, 500 mil votos arriba”. Meses después Ugalde supo “que AMLO mentía, porque el conteo rápido que le entregó su encuestadora, Ana Cristina Covarrubias, ponía a Calderón un punto –esto es, 400 mil votos, aproximadamente— arriba. López Obrador daba el resultado al revés de como era en realidad”.
No hay ninguna indicación en el libro de Ugalde de que el 2 de julio se haya cometido algún fraude electoral. Lo que sí nos revela el escrito es la falta de madurez y responsabilidad de nuestra clase política: empezando por el entonces presidente Fox y los panistas, siguiendo con los priistas y concluyendo con los perredistas encabezados por López Obrador. Ante estas circunstancias no sorprende que esta misma clase política haya decidido sacrificar a Ugalde y a los demás consejeros del IFE con la reforma electoral de 2006. Fallos recientes de la Suprema Corte de Justicia han señalado que seguramente Ugalde habría ganado un amparo en caso de haberlo promovido, pues esa reforma se aplicó en su contra de manera retroactiva. Ugalde, sin embargo, prefirió renunciar el 14 de diciembre de 2007. Y la vieja clase política siguió aprovechándose del país como si fuera su propiedad.
OBAMA A LA CASA BLANCA
Nunca el partido en el poder ha logrado mantener la Casa Blanca en un año de recesión. Lo mismo ocurrirá sin duda este año. La ventaja que tiene Barack Obama en la elección presidencial de Estados Unidos se vuelve cada vez mayor. La gran pregunta no es si ganará sino cómo quedará el Congreso tras los comicios del 4 de noviembre.