Golpean a tres reporteros, sitian y allanan instalaciones de El Debate.
Cumplir con su deber de recoger datos y gráficas para informar a los lectores sinaloenses sobre un operativo de la Policía Federal en bulevar Madero y Morelos, provocó por parte de elementos de esta corporación una serie de agresiones en contra de periódico El Debate y de tres de sus reporteros.
Torivio Bueno, Leo Espinoza y Geovanny Elizalde fueron agredidos físicamente por federales, el primero secuestrado y torturado psicológicamente y el segundo perseguido por más de 80 metros hasta que alcanzó a refugiarse en las instalaciones de esa casa editorial que, acto seguido, serían sitiadas por patrullas de la Policía Federal, cuyos ocupantes intentaron ingresar por la fuerza y cortaron cartucho con sus armas de alto poder para obligar a que se les abrieran las puertas. Finalmente, allanaron el área de estacionamiento de esa propiedad privada.
A Torivio Bueno lo mantuvieron encañonado, boca abajo, a bordo de la caja de una de las patrullas por espacio de más de 10 minutos, hasta que finalmente lo abandonaron en la calle Rosales, antes de salir al Malecón Niños Héroes.
Durante todo este tiempo, que abarcó aproximadamente una hora la tarde de ayer, los federales profirieron incontables amenazas de muerte y otras agresiones verbales en contra de nuestros compañeros y el trabajo que realizan.
“No saben con quién se están metiendo”, repitieron frente a numerosos testigos, y decidieron retirarse sólo cuando comenzaron a llegar reporteros y corresponsales de otros medios locales, nacionales e internacionales para consignar el atentado en contra de la libertad de expresión.
Así fue
Todo comenzó cuando, poco después de las 17:30 horas de ayer, en la redacción de ese diario se recibió un reporte acerca de un operativo de la Federal Preventiva a tan sólo una cuadra de sus instalaciones.
Marchó por delante el jefe de Fotografía, Leo Espinoza, seguido a cierta distancia por dos integrantes de la sección Policiaca, Torivio Bueno y Geovanny Elizalde.
Al llegar solo a la esquina de Madero y Morelos, Espinoza comenzó a tomar fotografías de las patrullas y los agentes, que de inmediato se dirigieron a él para someterlo y exigirle la entrega de la cámara.
Reportero gráfico desde hace 28 años, Leo Espinoza no se intimidó y logró conservar su instrumento de trabajo gracias a una vieja costumbre: amarrarse la correa a la muñeca derecha con varios nudos para evitar posibles caídas.
Un agente, entonces, sacó una navaja para cortar el cordón; pese a ello, los nudos lograron que el fotógrafo conservara su equipo.
Cuando Bueno y Elizalde llegaron al lugar de los hechos, observaron la agresión contra Espinoza.
Los federales mantenían al fotógrafo contra una malla ciclónica mientras le propinaban empujones y patadas, por lo cual los reporteros reclamaron, sólo para recibir trato semejante, una serie de insultos y palabras altisonantes mientras les montaban cartucho con sus armas de alto poder.
Por un momento los policías parecieron dispuestos a dejarlos en paz y procedieron a regresar a sus patrullas, pero cuando Leo Espinoza reanudó su trabajo como reportero gráfico, los federales montaron en cólera y se le abalanzaron. Leo corrió con rumbo a El Debate y varios agentes lo persiguieron, sin lograr alcanzarlo. De inmediato, el guardia del periódico cerró electrónicamente la puerta de entrada, lo cual enardeció a los policías, que procedieron a patear y golpear la reja y los cristales del edificio mientras reclamaban entrar y proferían palabras altisonantes. Las patrullas mantuvieron sitiado el edificio y algunos policías ingresaron ilegalmente al estacionamiento.
No fue sino hasta que observaron la llegada de numerosos medios alertados en torno al hecho, que resolvieron retirarse.
La amenaza final
En tanto, Torivio Bueno fue obligado a subir esposado a una patrulla bajo una sentencia de sus captores:“Van a sacar una buena nota contigo muerto”.
A bordo de la unidad, Torivio fue víctima de tortura psicológica con un arma en la sien, además de una serie de golpes en costillas, cabeza y piernas. Aún al momento de dejarlo en libertad, recuerda, continuó la amenaza de dispararle. Al final, lo despidieron con una advertencia: “Mejor vete, después nos vamos a ver...”.
Denuncian agresión
Ante la PGR y la Comisión Estatal de Derechos Humanos los periodistas, Leobardo Espinoza, Geovany Elizalde y Torivio Bueno interpusieron una demanda penal, y una queja, respectivamente contra elementos de la Policía Federal que los agredieron.
Por su parte, el área de asuntos Internos de la Secretaría de Seguridad Pública federal, investiga a 17 elementos de la Policía Federal como los presuntos resposables de la agresión de los tres periodistas.
Oliverio Rojas Cuenca, inpector general de las fuerzas especiales de la Policía Federal en Sinaloa, quien pidió una disculpa a los reporteros agredidos, se comprometió a que estos hechos no volverán a suceder.
