Un atentado suicida con explosivos frente a una base estadounidense en el oriente de Afganistán dejó nueve afganos muertos y otros 13 heridos, informaron funcionarios.
La detonación ocurrió mientras el oficial estadounidense de mayor rango en el este de Afganistán, el general de división Jeffrey J. Schloesser, advertía que los rebeldes atacarían objetivos militares, civiles y gubernamentales durante las celebraciones del Día de la Independencia de Afganistán.
Arsallah Jamal, gobernador de la provincia de Khost, dijo que el atacante detonó un vehículo con explosivos en los accesos a la instalación militar en la ciudad de Khost.
Las víctimas eran trabajadores afganos que esperaban afuera para ingresar a la instalación estadounidense.
El comando militar de Estados Unidos afirmó que la fuerza del estallido no penetró el perímetro de la base.
Jamal informó que un segundo atacante intentó atacar a los policías que investigaban el primer atentado, pero fue muerto a tiros por los agentes.
Los milicianos cometen en general ataques suicidas contra las fuerzas de Afganistán y de la coalición internacional. La mayoría de las víctimas de esos atentados son civiles.
En otro acto violento, una bomba explotó en la provincia oriental de Nangarhar matando a dos policías en una patrulla a última hora del domingo, señaló Ghafor Khan, vocero del jefe de la policía provincial.
Varios rebeldes murieron el domingo en dos enfrentamientos separados con tropas de la coalición encabezada por Estados Unidos en la provincias orientales de Kapisa y Paktika, dijo la coalición, la cual no proporcionó una cifra exacta de rebeldes muertos.
Más de tres mil 300 personas, en su mayoría rebeldes, han muerto este año en actos violentos relacionados con la insurgencia, según cálculos con base en cifras de funcionarios afganos y occidentales.
