Los ataques son los peores disturbios callejeros en Grecia en décadas. (AP)
Estudiantes apedrearon al menos seis estaciones de policía hoy en Atenas, en la continuación de disturbios esporádicos luego de cinco días de violencia desatada por la muerte la semana pasada de un adolescente a manos de la policía.
Las autoridades dijeron que un hombre fue hospitalizado con heridas, al tiempo que en diversos puntos de la capital estudiantes secundarios bloquearon transitadas avenidas y voltearon autos policiales.
Los ataques son los peores disturbios callejeros en Grecia en décadas, en los que jóvenes enmascarados armados con barras de metal destrozaron vidrieras de tiendas, saquearon negocios, incendiaron edificios y levantaron barricadas en ciudades en todo el país.
Al menos 70 personas resultaron heridas desde el sábado, cuando estallaron los disturbios apenas a unas horas de la muerte del joven de 15 años Alexandros Grigoropoulos. Centenares de tiendas han sido destrozadas o dañadas.
La policía y el gobierno han sido criticados intensamente por su manejo de la crisis, pese a la insistencia de las autoridades de que se abstuvieron de usar demasiada fuerza para evitar derramamiento de sangre.
El primer ministro Costas Karamanlis, cuyo gobierno conservador, cada vez más impopular, tiene una mayoría mínima en el parlamento, ha hecho caso omiso a llamados de la oposición para comicios adelantados y prometió compensación para los negocios afectados por los disturbios, incluyendo dádivas de 10 mil euros (12 mil 800 dólares) para cubrir necesidades inmediatas.
Aunque no se habían planeado mayores protestas para hoy, la tensión persistía en Atenas y en la ciudad portuaria de Tesalónica, con estudiantes ocupando aulas y otras instalaciones docentes en universidades y escuelas secundarias. Los jóvenes planeaban una marcha en Atenas el viernes.
Las autoridades renovaron un llamado a la calma, y líderes religiosos se sumaron a los intentos de aliviar las tensiones.
"Esta tragedia no puede ser resuelta quemando y destruyendo las propiedades de personas que tienen sus propios problemas", dijo el líder de la iglesia ortodoxa de Grecia, el arzobispo Ierónimos.
Aunque generalmente tolerantes de los brotes ocasionales de violencia durante protestas, los griegos se han mostrado indignados por la ferocidad de los jóvenes manifestantes y la magnitud de la destrucción.