Fueron ocho personas las que murieron la noche del miércoles en el atentado contra un centro de rehabilitación para adictos, el CIAD número 18, operado por la organización Cristianos Evangélicos, informó César Ramírez Franco, vocero de la Subprocuraduría de Justicia del Estado, zona Norte.
En el momento del ataque a las instalaciones del centro de rehabilitación se encontraban 25 personas en total, y los sicarios usaron pistolas calibre 9 y 40 milímetros y rifles AK-47, “cuerno de chivo” y R.15.
Sobre el ataque contra el centro de rehabilitación, Isidro López Durán, uno de los pastores de la Iglesia Evangélica en Ciudad Juárez, dijo que en algunos de esos centros llega gente infiltrada que aparentando buscar su rehabilitación, maneja drogas y provoca conflictos.
“Una de las hipótesis que tenemos sobre este caso es que fueron a matar a alguien, porque hay infiltrados vendiendo drogas sin que el pastor se dé cuenta”, expresó.
Comentó que hace dos meses en ese mismo lugar mataron al encargado y ahora se da de nuevo este ataque.
López Durán comentó que de este tipo de centros hay 40 en la ciudad, pero en Juárez existen 800 templos Cristianos Evangélicos.
“La Iglesia Cristiana Evangélica no tiene un máximo líder que nos represente para asuntos religiosos o ante la autoridad civil, cada templo es su propio Gobierno, éstas registran y protocolizan una asociación civil y con ello realizan labor social como son los centros de rehabilitación, escuelas para niños, asilos de ancianos, orfanatorios y otras acciones en beneficio de la comunidad”, explicó.
Asimismo, López reconoce que muchos de estos centros de rehabilitación no están legalmente registrados ente las autoridades.
Algunos los abren en casas y llegan jóvenes a rehabilitarse, pero aunque las intenciones del pastor son genuinas y buenas, muchos jóvenes no se rehabilitan con las buenas intenciones.
