El avión tendrá un hangar definitivo, lo más seguro en el Parque Sahuatoba, y quedará bajo resguardo del DIF Estatal.
La aeronave viaja por carretera con destino a Durango.
Guadalajara, Jalisco. Sin pasajeros ni tripulación, un DC-9 de Aeroméxico “despegó” ayer del Aeropuerto Internacional Miguel Hidalgo de Guadalajara con rumbo a Durango.
Con cielo medio nublado y tráfico intenso, la aeronave dejó la terminal por la carretera a Guadalajara y fue rebasando, sin incidentes y sin radar de por medio, a otros vehículos que circulaban por la autopista.
Aunque en el viaje no se han registrado turbulencias, la duración del vuelo será de varios días, contrario a las bitácoras normales de un trayecto comercial en el que en menos de una hora la aeronave estaría aterrizando en la capital duranguense.
Las autoridades también reportaron que no era un vuelo normal, pues el avión avanzaba a pesar de que carecía de motores y de alas.
Traslado.
El aparato estaba sobre una plataforma y su promedio de velocidad no superaba los 50 kilómetros por hora, contrario a la aceleración de 700 kilómetros que alcanza cualquier aeroplano de este tipo.
El avión acumula sus últimos kilómetros de recorrido después de 25 años de volar por todo el país. Por lo pronto, se dirige a Aguascalientes, después tomará rumbo a Zacatecas y concluirá, quizá el próximo miércoles, su último viaje en los terrenos de la Feria de Durango, donde será rearmado y estará en exhibición.
Después, tendrá un hangar definitivo en un parque de diversiones ubicado en la misma capital del estado y quedará bajo resguardo del DIF Estatal.
Sorpresa. Pero no se sorprenda, este viaje inusual se repetirá en las próximas semanas en otras tres ocasiones.
Una aeronave “volará” a Morelia, otra a Cadereyta, en Querétaro, y una más a Cajititlán, en Tlajomulco.
En este último destino, el DC-9 de Aeroméxico saldrá por su propio “pie”. La aeronave rodará con su tren de aterrizaje a un predio cercano a la laguna de Cajititlán; así, además de lanchas, el paraje tendrá un avión para presumir.
En este caso, la aeronave pasará de medio de transporte a medio para la educación. Sobrecargos tapatías aprenderán a practicar evacuaciones de emergencia en un aparato real. Muy pronto, las prácticas en la escuela Tornado serán más apegadas a la realidad.
Además de sobrecargos, el DC-9 entregado por Aeroméxico tendrá como pasajeros a menores de edad de las escuelas de Tlajomulco, lo cual se pretende extender a los planteles de Guadalajara.
Mario Gutiérrez | Agencia Reforma
