Todd y Jennifer Hemsley llegaron a Guatemala con la esperanza de adoptar una bebé y pagaron 15 mil 500 dólares a una agencia de adopciones estadounidense. (AP)
Los Hemsley hicieron lo que ninguna otra pareja ha hecho hasta ahora: se negaron a hacerse de la vista gorda cuando sospecharon que había problemas con la identidad y las pruebas de ADN de su hija adoptiva.
Todd y Jennifer Hemsley tuvieron que renunciar a su hija adoptiva para salvarla de lo que ellos consideraban un destino incierto.
Como miles de parejas estadounidenses, los Hemsley llegaron a Guatemala con la esperanza de adoptar una bebé y pagaron 15 mil 500 dólares a una agencia de adopciones estadounidense que les ofreció un trámite sin complicaciones.
Y, como muchos otros estadounidenses que intentaron adoptar en Guatemala, quedaron atrapados en un laberinto burocrático después que las autoridades guatemaltecas iniciaron el año pasado una limpieza de un sistema de adopciones plagado de corrupción y fraude.
Numerosos estadounidenses con adopciones pendientes buscaron completar rápidamente sus trámites antes de que entrara en vigencia el nuevo sistema, basado en la convención de la Haya para las adopciones internacionales.
El nuevo proceso está diseñado para impedir los abusos que llegaron, en ocasiones, hasta el robo de niños para satisfacer la enorme demanda de una industria que generaba hasta 100 millones de dólares anuales.
Pero Jennifer Hemsley hizo lo que, según el Consejo Nacional de Adopciones, ninguna otra pareja ha hecho hasta ahora: Se negó a hacerse de la vista gorda cuando sospechó que había problemas con la identidad y las pruebas de ADN de su hija adoptiva.
Detuvo el trámite de María Eugenia Yax, una niña a quien habían renombrado Hazel. Se quedó en Guatemala seis meses, gastó miles de dólares y luchó hasta que logró poner a su hija bajo la custodia de un juez.
La decisión de reportar sus sospechas a las autoridades podría significarle quedarse al final de la fila en las adopciones, ya que la nueva ley privilegia a la familia natural de la niña y luego a parejas guatemaltecas.
“Nada de esto tiene sentido, la extraño profundamente... no tengo palabras”, dijo Hemsley. Aún así, ella dice que es lo único que podía haber hecho.
“No había opción, hicimos lo que cualquier padre haría: poner a su hijo primero”, dijo.
Los Hemsley aseguran que tuvieron muchas razones para sospechar de la identidad de Hazel. Pero la gota que colmó el vaso fue cuando descubrió que el informe del laboratorio reportaba que las muestras de ADN le habían sido tomadas en una fecha que Hazel estuvo todo el día con Jennifer.
Cuando le preguntó a su abogado en Guatemala, asegura que le respondieron: “no se preocupe, usted quiere que la adopción siga, ¿o no?”.
Las repercusiones de este caso van mucho más allá del futuro de Hazel. Los reportes de los laboratorios de ADN han sido aceptados por la embajada de Estados Unidos en Guatemala como prueba inequívoca de que el niño es hijo biológico de la mujer que lo entrega. De esa forma, rechazaron durante años los señalamientos de robo de bebés.
Pero si las muestras de ADN pueden cambiarse y son aceptadas sin otro requerimiento que la confianza en la firma del médico que las tomó, quedan en duda miles de adopciones a la luz de este y otros casos como el de Ester Sulamita, una niña que fue robada a punta de pistola a su madre y luego apareció lista para ser adoptada.
FÁCILES Y RÁPIDAS
Las fáciles y rápidas adopciones en Guatemala hicieron de este país de 13 millones de habitantes el segundo proveedor de niños adoptados para Estados Unidos, superado solo por China.
Desde agosto de 2007, cuando la policía hizo una redada en una casa de adopciones reputada como una de las mejores en el país, se han descubierto numerosos casos de fraude, falsificación de documentos y hasta robo de niños. Al menos 25 casos resultaron en faltas tan graves como para que la fiscalía presentara cargos.
Miles de procesos de adopción, el de los Hemsley incluido, fueron temporalmente detenidos este año a petición del Consejo Nacional de Adopciones para entrevistar a las madres biológicas.
De los 3 mil 32 casos pendientes de procesar hasta mayo, unos mil fueron rechazados ya que las madres nunca se presentaron.
Sin personal ni recursos suficientes, el Consejo rechazó nuevos exámenes de ADN por ser costosos y tomar mucho tiempo.
La fiscalía guatemalteca tiene abierto un expediente para determinar la verdadera identidad de Hazel e investiga a las personas que participaron en el proceso de realización de pruebas de ADN.
“Casos como este me hacen pensar que todavía hay gente con principios éticos”, dijo el ex fiscal y ahora director del equipo interdisciplinario del Consejo Nacional de Adopciones, Jaime Tecú.
Tanto las muestras de Hazel como de Ester Sulamita fueron tomadas por el Laboratorio Gutiérrez. La fiscalía investiga los hechos y, en su declaración, la directora del laboratorio aseguró haberse atenido a los protocolos establecidos. Rechazó ser entrevistada ya que, dijo, la embajada estadounidense se lo prohibe. La misión diplomática negó tal extremo.
CORRUPTO SISTEMA
Cuando los Hemsley comenzaron el proceso de adopción de Hazel en junio de 2007, el antiguo y corrupto sistema de adopciones guatemalteco aún estaba funcionando al máximo de su capacidad.
“Fue un regalo mágico, un sentimiento más allá de cualquier palabra”, dijo Hemsley al referirse a la primera vez que abrazó a la menor.
Las sospechas comenzaron cuando les informaron que no era posible ubicar de nuevo a la supuesta madre biológica, una mujer que durante una reunión con Hazel y los Hemsley no mostró “ninguna reacción visible hacia la niña”, dijo Jennifer.
Además, los reportes médicos que les enviaban eran documentos sin membrete ni firma del médico y durante una cita con la trabajadora social, sostiene Hemsley, las personas que manejaban la adopción en Guatemala quisieron hacer pasar a una desconocida por la madre de la menor.
“Quizá deberíamos ver hacia otro lado y seguir adelante con el trámite”, recuerda haber considerado Hemsley ya que “parecía que a nadie le importaba”. Sin embargo, agregó, “no podía desentenderme, simplemente no podría haberlo hecho”.
El notario que manejó la adopción de Hazel, Ricardo Ordóñez, niega que haya cometido ninguna falta. Y asegura que todo se resolverá en el momento que se produzcan las nuevas pruebas de ADN, cuya realización está prevista para las próximas semanas.
Los Hemsley podrían haber abandonado el trámite, como cientos de otras parejas estadounidenses lo han hecho al encontrar problemas para adoptar en Guatemala. De haberlo hecho, el destino de Hazel podría haber sido un orfanato estatal en Guatemala o ser ofrecida a otra pareja, probablemente bajo otra identidad.
En cambio, Jennifer se quedó en Guatemala con la niña durante meses. En total han gastado más de 70 mil dólares en abogados, manutención y viajes.
Durante ese tiempo luchó para que su trámite de adopciones avanzara pero, en agosto, cuando se acercaba el plazo final para entrevistar a las madres biológicas y tras ser notificada de que la niña le sería retirada a la cuidadora que ella había contratado, Hemsley decidió llamar al Consejo Nacional de Adopciones y pidió un “rescate”.
La nueva Ley, aprobada en diciembre pasado, pide al Consejo que privilegie a las familias guatemaltecas antes de dar los niños a estadounidenses.
Pero Hemsley no se rinde. A comienzos de noviembre viajó a Guatemala para entrevistarse con personal de Consejo Nacional de Adopciones y visitar a Hazel en el orfanato donde está desde que intervino el Consejo Nacional de Adopciones.
La niña, tenía llagas en la barbilla y una herida en la cabeza. Hemsley estaba devastada al salir del orfanato. Luego de una audiencia con la juez de menores que lleva el caso, Hemsley logró que Hazel fuera trasladada a otro orfanato donde, espera, recibirá mejor atención.
“Pienso en ella todos los días... esto es algo horrible para todos. Para las madres cuyos bebés están desaparecidos, para las familias adoptivas”, dijo.