Apenas los agentes de inmigración habían abandonado Postville cuando circularon rumores de que en Perry, a unos 320 kilómetros (200 millas) al suroeste, se preparaba otra redada de hispanos.
El rumor era falso, pero se diseminó como un fuego en la pradera a través de la comunidad hispana de esta ciudad de la región central de Iowa, reflejando una nueva realidad para muchas poblaciones.
En sitios como Perry, donde los hispanos constituyen ahora al menos una cuarta parte de la población, los residentes han comenzado a preguntarse: "Nos tocará ahora a nosotros?"
"Nos sentimos ahora más vulnerables", dijo Angélica Cárdenas, de 28 años, que trabaja en el sistema escolar de Perry. "Siempre existen temores de algo como esto, pero con estas redadas, ahora sabemos que se trata de algo real".
La decisión del gobierno federal de lanzar redadas contra indocumentados en vasta escala, 389 personas fueron arrestadas en la planta Agriprocessors Inc. de Postville, el 12 de mayo, y otras 350 en la empresa Howard Industries Inc. de Laurel, Misisipí, el lunes, ha causado temor en poblaciones hispanas de todo el país.
"Estas redadas han subrayado las dificultades que enfrentan las poblaciones en esta situación", dijo Ana Maria García Wahl, profesora adjunta de sociología en la universidad Wake Forest que estudia temas de inmigración en las planicies centrales de Estados Unidos y en el sur. "No estoy segura que todas esas poblaciones tengan la capacidad de lidiar y proporcionar una intervención en épocas de crisis", añadió.
Postville ha perdido más de una cuarta parte de su población, que antes de las redadas alcanzaba a los dos mil 300. Además de los trabajadores detenidos, decenas huyeron o se ocultaron.
Muchas personas perdieron no sólo sus trabajos, sino también sus viviendas. Niños fueron separados de sus padres. Algunos negocios estuvieron a punto de colapsar.
Como Postville, Perry ha estado sujeto a vastos cambios demográficos causados por una planta frigorífica en los suburbios de la población.
La comunidad hispana en la ciudad, que contaba con unos siete mil 600 residentes, ha crecido de manera gradual durante los últimos 20 años, dijeron las autoridades.
"Es una comunidad diferente que cuando era niño, eso hay que darlo por seguro", dijo Brett Roberts, que trabaja en una empresa de seguros en Perry. "No es algo malo, pero es un hecho".
La diversidad de la población puede observarse en las calles, donde en el centro, unas seis cuadras, hay media docena de negocios hispanos. Eso incluye un popular restaurante mexicano y una panadería a algunos metros de distancia.