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Aumenta la presencia de Irán en Latinoamérica

El proyecto de viviendas públicas llevó a más de 400 ingenieros y otros profesionales iraníes a Venezuela. (AP)

El proyecto de viviendas públicas llevó a más de 400 ingenieros y otros profesionales iraníes a Venezuela. (AP)

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Teherán corteja a los gobiernos izquierdistas con una campaña diplomática activa, proyectos

comerciales conjuntos y asistencia. A cambio, recibe apoyo a su programa nuclear.

Los capataces dan instrucciones en un español deficiente, diciendo “aquí” y “más” a los trabajadores que instalan las cañerías y alisan el cemento. Cuando se toman un descanso para comer, hablan en farsi.

Una compañía iraní está construyendo miles de viviendas para gente de bajos recursos en Venezuela. Irán también ayuda a construir automóviles, tractores y bicicletas y ha abierto nuevas embajadas en Bolivia y Nicaragua. La relación cada vez más estrecha entre Irán y estas naciones con gobiernos izquierdistas se basa más que nada en su antagonismo hacia Estados Unidos, pero la creciente presencia de Irán en Latinoamérica responde además a razones prácticas, incluida su necesidad de combatir su aislamiento internacional.

El impacto más visible hasta ahora ha sido la llegada de empresas iraníes. El proyecto de viviendas púbicas trajo más de 400 ingenieros y otros profesionales iraníes a Venezuela, donde están aprendiendo un español básico.

“Esto es algo muy distinto a lo que estamos acostumbrados, pero nos adaptamos rápido”, comentó Ehsan Keyvanfar, un ingeniero de 29 años enviado por primera vez fuera de su país por Kayson, una empresa constructora de Teherán. Keyvanfar se maneja bastante bien con el español y se hace llamar “Alejandro” por los venezolanos, para evitarles problemas al pronunciar su nombre.

Él y su esposa, Sara, están acostumbrados a la vida de una ciudad grande como Teherán y les cuesta adaptarse a las costumbres provinciales de Calabozo, una localidad agrícola en el Sur del país, donde no hay cines ni centros comerciales. Keyvanfar lo considera una asignación dura que le permitirá progresar en su compañía y ahorrar algún dinero. Keyvanfar dice que las razones que explican este acercamiento entre Irán y Venezuela son sencillas: “Tenemos presidentes que no quieren a Estados Unidos. Eso es todo”.

CORTEJO DIPLOMÁTICO

Irán corteja a los gobiernos izquierdistas de Latinoamérica con una campaña diplomática activa, proyectos comerciales conjuntos y asistencia. A cambio, recibe apoyo a su programa nuclear. Nicaragua, que construirá una represa y una planta procesadora de leche con ayuda iraní, ha restado importancia a las denuncias de que los iraníes piensan construir armas nucleares.

Irán, por otra parte, prometió a Bolivia mil millones de dólares en ayuda e inversiones, incluida la construcción de una planta de cemento, de granjas lecheras y de dos clínicas de salud públicas.

“Estamos aquí para ayudar a la gente”, manifestó Hoyatolá Soltani, el principal agregado iraní en Bolivia, durante una entrevista en la nueva embajada de La Paz. Algunos de los proyectos de Irán pueden ser afectados por la caída de los precios del petróleo, pero es previsible que los iraníes sigan invirtiendo dinero para promover sus objetivos diplomáticos.

“Irán aprovechará todas las oportunidades para demostrar que no está aislada y cuestionar de paso la influencia de Washington, incluso en su ‘patio trasero’”, declaró Farideh Farhi, investigador de la Universidad de Hawai que escribe con frecuencia sobre la política exterior iraní.

APOYO RECÍPROCO

Venezuela también puede ayudar a Irán a superar las sanciones económicas de las Naciones Unidas y de Estados Unidos por su programa nuclear. Venezuela podría ser un lugar por donde Irán mueve su dinero y consigue tecnología y acceso a los sistemas financieros mundiales.

Esto inquieta a mucha gente en Occidente y Washington ya impuso sanciones a un banco iraní de Caracas el mes pasado, al que acusó de suministrar servicios financieros que apoyan el programa armamentístico de Irán. El presidente del banco, llamado Banco Internacional de Desarrollo, no respondió a solicitudes de entrevista.

Venezuela ya es una escala para los viajes de la región a Irán y tiene un vuelo directo entre Caracas y Teherán cada dos semanas, los martes. El presidente venezolano Hugo Chávez dice que la aerolínea estatal venezolana adquirió un jet Airbus para cubrir esa ruta, con escalas en Damasco. Venezuela tiene una enorme comunidad árabe, compuesta mayormente por sirios y libaneses que llegaron hace décadas. En el aeropuerto es común ver mujeres con pañuelos en la cabeza empujando valijas y cochecitos que regresan al país tras visitar parientes en Siria e Irán. Son recibidas con abrazos por sus maridos, muchos de los cuales son empleados de Kayson.

Funcionarios estadounidenses han expresado temor ante la posibilidad de que en esos vuelos viajen agentes de los servicios de Inteligencia iraníes o terroristas. El Departamento de Estado estadounidense dijo en abril que “los pasajeros de esos vuelos no son sometidos a controles de inmigración y aduanas”.

El subsecretario de estado para el Hemisferio Occidental Thomas Shannon ha dicho que a Estados Unidos le inquieta “lo que está haciendo Irán” en la región y “lo que podría hacer si se produce una confrontación entre nosotros”.

PREOCUPACIÓN EN EU

Una de las principales preocupaciones de estadounidenses e israelíes es la ayuda que los iraníes suministran a organizaciones como Jezbolá, en el Líbano. Hacen notar que las autoridades argentinas acusan a Irán de haber ayudado a células de Jezbolá a perpetrar un atentado contra la embajada israelí en Buenos Aires en el que murieron 29 personas en 1992 y otro contra un centro comunitario judío que mató a 85 en la misma capital argentina. Irán y Jezbolá han negado participación alguna en esos atentados.

El Departamento del Tesoro estadounidense dijo en junio que Jezbolá estaba recibiendo ayuda de un diplomático venezolano y de un empresario libanés que vive en Caracas. El diplomático, Ghazi Nasr al Din, está destacado en la Embajada venezolana en Siria. Estados Unidos dice que usó su posición para suministrar ayuda financiera a Jezbolá y “asesorar a donantes” acerca de cómo hacerle llegar el dinero a esa organización. También se lo acusa de arreglar los viajes de dirigentes de Jezbolá a Venezuela y de asistir a un curso de entrenamiento en Irán.

Venezuela rechazó las acusaciones y dijo que Estados Unidos quiere empañar la imagen de Chávez por razones políticas. Chávez, quien planea hacer otro viaje a Teherán para fin de año, ha ridiculizado la noción de que Venezuela e Irán están formando un “eje del mal”.

Dijo que el Gobierno venezolano también se propone iniciar un programa de energía nuclear, que no será usado para construir armas.

Irán, por su parte, asegura que sus objetivos en Latinoamérica son puramente pacíficos.

Campesinos de Venezuela y Bolivia manejan hoy tractores iraníes y ya están circulando en Venezuela los primeros automóviles fabricados por la empresa conjunta Venirauto.

Kayson, en tanto, contrató unos seis mil trabajadores para construir complejos de viviendas con 10 mil apartamentos, incluido uno de dos mil 700 unidades en Calabozo.

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