Cuando apenas empieza el frío, en el Hospital General de Matamoros ya se registró un leve aumento en la consulta y servicio de emergencia.
Un aumento del 35 por ciento en el número de consultas se ha registrado en el Hospital General de esta ciudad, cuando apenas está empezando el frío. Los casos más atendidos son las enfermedades respiratorias.
El titular del Departamento de Epidemiología, Leonel Castellanos Echeverría, informó que en el área de urgencias, también se ha reportado un incremento en la atención a niños con padecimientos provocados por los cambios bruscos de temperatura.
Subrayó que ahora por el clima fresco en la región, en el Hospital General se ha registrado un aumento del 35 por ciento en el número de consultas cuando en promedio, normalmente ese servicio se sitúa entre el 25 y 30 por ciento.
“Tenemos un leve incremento, pero que es muy sentido por el tipo de casos y la característica del paciente, dado que generalmente son niños que vienen con fiebre y muchos de ellos llegan convulsionandos”, explicó.
Hizo referencia a la alerta que deben tener las madres de familia cuando uno de sus pequeños empieza a manifestar temperatura. “Aquí los signos de alarma son los que deben tomarse en cuenta, pues cuando un menor tiene dificultades para respirar o lo hace con mucha rapidez y manifiesta calentura, ese niño debe ser atendido con urgencia”.
Castellanos Echeverría manifestó que la prevención es lo prioritario, por eso, recomendó a los padres de familia que para evitar llegar a casos extremos, lo mejor es que procuren los cuidados más esenciales para evitar que el niño enferme.
“Por eso el hincapié que constantemente hacen las autoridades de las instituciones de salud para preservar la salud entre la comunidad infantil y las personas de la tercera edad, son recomendaciones tan sencillas como el que usen ropa adecuada, como bufanda, su gorrito y cubrirse la boca y nariz cuando se está a la intemperie”, manifestó.
El epidemiólogo también censuró la práctica que subsiste entre la población de automedicarse. “Es muy común entre la gente hacerlo y eso es un problema muy serio, porque en lugar de frenar la enfermedad, se prolonga y en el peor de los casos, se pone en riesgo la vida de la persona”.