Cuba permanece tranquila luego de que los diarios oficiales publicaran el anuncio hecho por Fidel Castro de no continuar como jefe de Estado y comandante en jefe en la Asamblea Nacional. (EFE)
Cierran ciudadanos filas en defensa de la revolución de Castro.
Fidel Castro pasó casi cinco décadas despotricando contra las más mínimas reformas capitalistas en el único país comunista del hemisferio occidental.
Algunos cubanos esperan que Raúl Castro permita el libre mercado si asume la Presidencia el domingo, tal vez torciendo el rumbo de Cuba hacia un Gobierno parecido al de Vietnam o China, que también tienen líderes comunistas que controlan toda la vida política, pero permiten que sus economías se rijan en gran medida por las leyes del mercado.
Los cubanos superaron la sorpresa de la renuncia de Fidel Castro a la Presidencia y comenzó una avalancha de campañas de opinión para defender la revolución, un mecanismo usual que ha permitido al Gobierno comunista el fortalecimiento de la unidad a lo largo de décadas.
El diario oficial Granma dijo ayer que los cubanos están “impactados profundamente” por la negativa del líder Fidel Castro a ser reelecto presidente por sus limitaciones de salud, y aseguró que prevalecerá “la unidad y el consenso en torno al Partido” Comunista.
“Y no por esperada, la comunicación del jefe de la Revolución ha dejado de impactarnos profundamente, no sólo por su decisión, sino por el espíritu de combate con que lo ha hecho, el desprendimiento”, afirma el periódico en una suerte de editorial bajo la firma de su director, Lázaro Barredo.
La respuesta a reformas en la isla podría comenzar a surgir el domingo cuando el Parlamento cubano se reúna para elegir nuevos líderes. Aunque es probable que Raúl Castro sea nombrado presidente, las elecciones de otros 30 legisladores en el Consejo de Estado, incluyendo a su principal asesor, podrían indicar hasta dónde está dispuesto a llegar el Gobierno supremo de la isla en la apertura de la economía.
“China es un país comunista, pero la gente tiene libertad para ganar mucho dinero y comprar coches, teléfonos celulares”, dijo Alberto, que enrolla puros en una fábrica del Gobierno por 15 dólares al mes. “¿Por qué no puede ser así el comunismo cubano?”.
Fidel, de 81 años y enfermo, se descartó el martes de postularse a la Presidencia del país, pero podría seguir ejerciendo suficiente poder como jefe del Partido Comunista para sofocar cualquier cambio importante.
Raúl, de 76 años, ya ha dado algunas esperanzas a muchas personas ansiosas de reformas durante los 19 meses que ha fungido como presidente interino en la larga enfermedad de su hermano. Ha exhortado a realizar “cambios estructurales” no especificados en el sistema comunista de Cuba, ha reconocido que los salarios estatales no cubren las necesidades básicas y le pidió a los cubanos que se quejen abiertamente cuando haya errores en el control gubernamental de la economía, aunque hasta ahora ha habido pocos cambios fuera de una mejora salarial a los agricultores y un incremento en la producción de alimentos.
Y como ministro de defensa, Raúl puso al Ejército de Cuba a la vanguardia de la economía, cuando él y otros altos oficiales militares asumieron el control de sectores cruciales como las importaciones de artículos electrónicos, la exportación de puros y el turismo.
PERSPECTIVAS
“Podría haber una nueva perspectiva con Raúl, nuevas libertades que emocionan a algunos”, dijo Sergio, de 47 años, obrero en una fábrica gubernamental. Al igual que otros entrevistados, se mostró temeroso del hecho de que su nombre completo apareciera en la prensa extranjera pudiera derivar en hostigamiento por parte de sus supervisores en el trabajo, o incluso repercusiones políticas. Raúl Castro ha exhortado a una mayor tolerancia de las críticas en público, pero muchos aún temen expresar su punto de vista abiertamente.
El Gobierno cubano proporciona vivienda gratuita, educación y servicios de salud, y las tarjetas de raciones ayudan a cubrir los costos de los alimentos básicos. Pocos cubanos quieren dejar esos beneficios y aceptar completamente el capitalismo al estilo estadounidense, aunque muchos esperan que el nuevo Gobierno pueda aceptar algunos cambios en el sistema y suficientes oportunidades económicas en menor escala que permitieran pequeñas mejoras en la calidad de vida.
“Nadie se muere de hambre en Cuba, pero el sistema en el que todo el mundo es igual, prisioneros al igual que estudiantes y doctores, no funciona”, dijo Evelyn, estudiante de 24 años. “La gente que trabaja duro merece ganar bien”.
La radio y la televisión en tanto reprodujeron los comentarios de líderes amigos como el boliviano Evo Morales quien dijo haber aprendido mucho del cubano o el venezolano Hugo Chávez que aseguró que Castro “estará siempre en la vanguardia”.
También una y otra vez repitieron las opiniones de la gente algunas cargadas de emotividad y las mismas en contenido que muchos isleños dieron a la prensa extranjera como del vecino Ricardo Merino: Fidel es “el hombre más grande del mundo”, dijo con voz temblorosa.
Confía exilio cubano en oportunidad para reformas
Una de las voces más autorizadas del exilio cubano, el empresario Carlos Saladrigas, confía en que la dimisión de Fidel Castro puede ser “la puerta que abra definitivamente al cambio” y pide a la comunidad cubana de Miami y al Gobierno de Estados Unidos que actúen con “prudencia” y con “voluntad conciliadora” con el fin de no desaprovechar esta oportunidad.
Saladrigas, que preside una pequeña organización llamada Grupo de Estudios Cubanos, integrada en un colectivo de otras asociaciones políticas y de derechos humanos conocido como Consenso Cubano, ha gastado en los últimos años millones de su fortuna particular para poner en marcha un embrión de alternativa moderada y centrista a los viejos dirigentes radicales que dominaban la comunidad cubana en Estados Unidos.
En el páramo de liderazgo en que quedó Miami tras la muerte de Jorge Mas Canosa, Saladrigas es una voz respetada entre los círculos intelectuales, y escuchada por los medios de comunicación y los diplomáticos extranjeros.
En una conversación telefónica desde República Dominicana, Saladrigas confía en que, en los próximos días, probablemente en la reunión de la Asamblea del Poder Popular en La Habana el próximo día 24, se anuncie una serie de medidas conducentes hacia la apertura económica. Y pide a Estados Unidos que “respete y apoye esas medidas, si es que se producen”. (El País)
Los hombres del poder
Tras la renuncia del presidente Fidel Castro a renovar su mandato, es probable que su hermano Raúl asuma el poder que actualmente detenta de manera interina. Algunos nombres suenan para tomar el lugar número dos:
CARLOS LAGE DÁVILA:
n Es visto como el principal planificador económico de la isla, es pediatra y licenciado en Ciencias Sociales. Nació en La Habana el 15 de octubre de 1951.
n Militante del Partido Comunista de Cuba (PCC) desde 1976, fue designado como secretario ejecutivo del Consejo de Ministros de Cuba en 1992. Desde esa posición le correspondió implantar modestas reformas económicas, como permitir negocios por cuenta propia y la legalización del uso del dólar al comienzo de la crisis económica desatada en la isla por el colapso del bloque socialista.
n Es pieza clave en el Gobierno del presidente Fidel Castro y es miembro del Comité Central del PCC desde 1980 y diputado desde 1976.
FELIPE PÉREZ ROQUE:
n Entre los más jóvenes del Gobierno cubano, Pérez Roque se convirtió en canciller en un sorpresivo cambio ministerial en mayo de 1999, cuando ya llevaba siete años acompañando a Castro a encuentros y foros internacionales.
n Nacido en La Habana en marzo de 1965, llegó en 1986 al secretariado de la Federación de Estudiantes Universitarios (FEU), de la cual fue elegido presidente dos años después.
n Ingresa en 1993 al Consejo de Estado, o máxima instancia del Poder Ejecutivo de Cuba, y tres años más tarde se convierte en miembro del Comité Central del Partido Comunista.
n Está casado y tiene dos hijos. Se graduó de ingeniero electrónico.
RICARDO ALARCÓN DE QUESADA:
n Entre los fundadores del Partido Comunista en 1965, Alarcón es un especialista en los temas de Estados Unidos y ostenta un doctorado en filosofía y letras.
Nació el 21 de mayo de 1937 en La Habana.
n Desde su juventud participó en los movimientos contra el Gobierno de Fulgencio Batista e integró el llamado Movimiento 26 de Julio, con el que Castro llegó al poder en enero de 1959.
n Ingresó a la Cancillería a comienzo de los 60 y se convirtió en embajador ante la Organización de las Naciones Unidas en 1966. En 1992 se convirtió en ministro del Exteriores, cargo que ocupó hasta marzo de 1993, cuando fue elegido líder de la Asamblea Nacional (Parlamento).
n Miembro del Comité Central del PCC desde 1980, Alarcón -calificado como un ortodoxo de ardiente discurso- habla inglés de forma fluida y fue el principal negociador de acuerdos migratorios entre
Cuba y Estados Unidos en los años 80 y 90.