La autoestima es saber que tenemos derecho a ser felices y aceptar que estamos provistos con recursos internos que nos permitirán ser capaces de darle respuesta a los sucesos externos
A la valoración positiva que se tiene de uno mismo se le llama autoestima sana, la cual es fundamental para relacionarnos armoniosamente con nuestro entorno.
El descubrimiento de nosotros mismos se manifiesta cuando nos sabemos solos, pero al mismo tiempo acompañados por una voz interior, la de nuestra conciencia.
Cuando conquistamos nuestro ser, incrementamos nuestra autoestima, la cual consiste en preciarnos de nosotros mismos y en tener confianza en nuestras capacidades.
En saber que tenemos derecho a ser felices y aceptar que estamos provistos con recursos internos que nos permitirán ser capaces de darle respuesta a los sucesos externos que acontecen en nuestra vida.
Los principales indicadores del autoestima son:
1. Aprecio genuino de nosotros mismos, independientemente de las posesiones materiales. Está valoración incluye todo lo bueno que tenemos: recursos internos, cualidades corporales, mentales y espirituales.
2. Aceptación tolerante y esperanzada de nuestras limitaciones, debilidades, errores y fracasos.
3. Reconocimiento sereno de los aspectos desagradables de nuestra personalidad.
4. Saber que somos seres falibles, como todos los demás; sin embargo, no perder de vista que también somos perfectibles.
5. No temer equivocarnos. Los errores nos dan la oportunidad de aprender. Además, es mejor tener la experiencia que la incertidumbre de lo que hubiera ocurrido.
6. Saber que aunque es mejor triunfar, no se acaba la vida con un fracaso. Una persona con autoestima alta es una amiga comprensiva y cariñosa de sí misma.
7. No hay guerra en su interior. Se siente en paz con sus sentimientos, sus pensamientos y su cuerpo. Sabe disfrutar de la soledad sin desechar la compañía.
8. Se procura atenciones y cuidados. Está atenta a sus propias necesidades, cree en su inteligencia y capacidades; por tanto, un autoestima sana presupone un buen autoconocimiento y en vivir conscientemente de nuestro entorno.
El autorrespeto, buen manejo de la crítica y el elogio, así como responsabilidad y servicio hacia los demás.