Los defensores del lector del Washington Post y del New York Times reconocen que cientos de sus lectores han elevado quejas principalmente por su cobertura informativa de los republicanos Sarah Palin (izq.) y John McCain. (Archivo)
The Washington Post y The New York Times, los diarios más influyentes de Estados Unidos, están siendo puestos bajo una lupa sin precedentes por su cobertura de Sarah Palin, luego que los republicanos acusaron a la prensa de sexismo.
Palin, quien ha sido objeto de polémicos reportes sobre su gestión en la gubernatura de Alaska, lanzó desde la aceptación de su candidatura vicepresidencial en la Convención Republicana de St. Paul una ofensiva preventiva contra lo que llamó la “élite” de Washington.
“No soy parte del aparato político permanente. Y he aprendido rápidamente en los últimos días que si no eres miembro de la élite de Washington, algunos en los medios informativos te consideran sin calificación sólo por eso”, dijo.
Los defensores del lector del Washington Post y del New York Times reconocieron este fin de semana, por separado, que cientos de sus lectores han elevado quejas principalmente por su cobertura informativa de Palin y del candidato republicano John McCain.
“Muchos lectores creen que el Post está tratado de ridiculizar a Palin”, sostuvo la defensora del lector del diario, Deborah Howell.
“Aunque algunos columnistas lo han hecho, la cobertura noticiosa no ha sido abrumadoramente negativa”, escribió. Howell señaló que la mayoría de las quejas de los lectores se centró en un reporte del Post que documentó que Palin cobró al erario por pernoctar 312 noches en su casa en Wasilia, Alaska, además de pagar con recursos oficiales viajes de su esposo Todd.
“Muchos lectores creyeron que ésa no era noticia”, dijo Howell. Otros consideraron que el titular era “inexacto y engañoso”, toda vez que las acciones de Palin no fueron ilegales. En este caso, la defensora concluyó que la historia era legítima y el titular exacto.
IMPORTANCIA
Pero los lectores se quejaron de que el Post dedicó toda su portada del 29 de agosto a la aceptación de la candidatura de Obama, mientras que no hizo lo mismo con McCain el 5 de septiembre. Un editor del Post argumentó que en el caso de McCain había otras notas importantes.
The New York Times recibió por su parte críticas a raíz de identificar a Palin -madre de cinco hijos- como “señorita” y no como “señora”.
“En la atmósfera de esta elección intensamente polarizada, muchos lectores sospechan de los motivos del periódico y están en alerta mayor por señales de prejuicios aún en los más pequeños matices de la cobertura”, notó el defensor del lector Clark Hoyt.
La respuesta del diario por el uso de la palabra “señorita” fue que se consultó a la campaña de Palin y su portavoz respondió que así prefería ser identificada. El Times es uno de los pocos diarios del mundo que alude a las personas como señor o señora.
SOBRE LOS NOMBRES
El uso de los nombres convirtió, sin embargo, al diario en centro de acusaciones de simpatizantes de Barack Obama, toda vez que el rotativo aludió al candidato presidencial demócrata como “Barack Hussein Obama” en tres ocasiones en su primera plana.
Grupos de derecha han usado el segundo nombre de Obama para ligarlo maliciosamente con la religión islámica, aunque Obama es cristiano. Hoyt hizo notar que cuando McCain ganó la nominación, el NYT sólo lo identificó como John McCain y no como John Sydney McCain III.
“El Times debe ser consistente en aplicar (los estilos de nombres)”, reconoció Hoyt. Pero “los lectores necesitan relajarse y no leer motivos malignos en el uso de “señorita” o “Hussein”.
Aunque los ataques a los medios informativos no son inusuales en las campañas políticas, se han convertido en un aspecto notorio del actual ciclo electoral, en especial desde la Convención Republicana de St. Paul, donde sucesivos oradores fustigaron a la prensa.
“Esta mujer está siendo objeto de una de las más viciosas agresiones que jamás se había visto en la vida pública”, denunció el senador Fred Thompson en alusión a la cobertura sobre Palin.
A la polémica ayudó el hecho de que la mayoría de los periodistas estadounidenses tiende a ser demócratas más que republicanos y que algunos medios han cometido errores como cuando el NYT informó erróneamente que Palin perteneció a un partido independentista.