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Ballesteros, listo para el gran partido de su vida

EFE

“Todo a su tiempo”, así eligió Severiano Ballesteros (Pedreña, 1957) el momento adecuado para hacer pública su enfermedad, siguiendo esa reflexión del Antiguo Testamento y cuyo diagnóstico después de una semana de ingreso en el Hospital de La Paz es un tumor cerebral.

La sociedad española, el deporte mundial y el ámbito del golf sintió un profundo escalofrío al conocer el problema de Seve Ballesteros. Algo duro ya se barruntaba, desde que el genial ex golfista sufrió un mareo y pérdida de conciencia el pasado lunes, en el aeropuerto de Barajas.

Ballesteros fue trasladado de urgencia al Hospital de La Paz, en donde ingresó en la UCI (Unidad de Cuidados Intensivos). En las primeras pruebas los médicos ya consensuaron que Ballesteros tenía un tumor alojado en el cerebro, de muy difícil acceso, prácticamente inoperable.

El paciente permaneció durante cinco días en la UCI. Después de una exhaustiva batería de pruebas médicas, Ballesteros fue traslado a planta. El enfermo ya conocía su enfermedad.

Mientras las conjeturas se disparaban extramuros, Ballesteros, su entorno y el hospital madrileño mantenían una férrea discreción.

Seve había decidido que él mismo debía comunicar antes a sus tres hijos el alcance de la enfermedad.

Para ello, Seve tenía que esperar la llegada de sus hijos varones (Baldomero, de 18 años, y Miguel, de 16) que cursan estudios en los Estados Unidos.

Mientras, sus hermanos Baldomero y Vicente, así como su sobrino y apoderado Iván, mantenían el hermetismo. Su ex mujer, Carmen Botín, y su hija Carmen completaron la reunión el fin de semana tras la llegada de los hijos, Baldomero y Miguel.

Conocido por toda la familia el diagnóstico, Seve Ballesteros decidió informar al mundo de lo ocurrido. En su comunicado, Severiano Ballesteros se mostró preparado para ganarle la batalla a la enfermedad. “Durante toda mi carrera he sido uno de los mejores salvando obstáculos en los campos de golf. Y ahora quiero ser el mejor, afrontando el partido más difícil de mi vida, con todas mis fuerzas”, indicó.

Ballesteros se someterá mañana a una biopsia (extracción de una muestra de tejido). Su posterior análisis determinará el tipo de tumor cerebral que padece el ex golfista (benigno o invasivo) y el tratamiento a seguir.

“Valor, fe, serenidad, confianza y mucha fuerza mental” son las principales armas que Severiano Ballesteros ha dicho que usará para vencer al tumor, las mismas que le condujeron a convertirse en uno de los mejores deportistas de la historia del golf.

La noticia ha causado pesar y solidaridad, pero quizá los primeros síntomas de esa enfermedad podrían haberse manifestado con anterioridad, cuando, por ejemplo, Seve sufrió un accidente de circulación en Santander, al chocar el vehículo que conducía con otro aparcado, en una calle en línea recta.

También algunos tumores alojados en el cerebro, al margen de pérdidas de conciencia y mareos, provocan alteraciones motoras.

Aunque no hay relación causa efecto demostrable, y teniendo en cuenta sus eternos y graves problemas en la espalda, lo cierto es que Seve Ballesteros pasó en muy poco tiempo de tener un “swing” de golf apto para ganar torneos a otro que apenas le permitía competir en igualdad de condiciones con el resto de golfistas profesionales.

Ballesteros ganó su último torneo en 1995 (Abierto de Madrid) y compitió oficialmente por última vez en mayo de 2007 en Birmingham, en uno de los torneos del Champions Tour estadounidense, reservado para campeones mayores de 50 años.

En esos doce años, la actividad competitiva de Ballesteros muestra un brusco descenso en la clasificación de cuantos torneos disputó.

Su ausencia en algunos torneos emblemáticos, en los que adujo no encontrarse entrenado suficientemente por los fuertes dolores de espalda, desbocó los rumores sobre una posible retirada.

Ballesteros saltó a la palestra el cuatro de diciembre de 2006. El campeón de Pedreña reunió a la prensa en Madrid para comunicar algo importante. “¿Pensábais que os iba a comunicar mi retirada? Pues nada de eso”, dijo entonces. Seve reveló la decisión de continuar su carrera deportiva en el citado Champions Tour. Esa etapa iba a comenzar cuando Seve cumpliera el medio siglo de vida, el nueve de abril de 2007 y tras no pasar el corte en Augusta.

Todavía, un suceso dramático vino a trastabillar su camino, en la primavera de 2007. Su novia Fátima Galarza, de 29 años, falleció el 15 de marzo en un accidente de circulación ocurrido en Cantabria.

Tras el amargo episodio, Ballesteros agarró los palos y puso rumbo al Regions Charity Classic, que se jugaría en Birmingham, Alabama, del 18 al 20 de mayo. Este sería su primer y último torneo.

Tres rondas de 78, 81 y 73 golpes fueron excesivamente frustrantes. El viaje en el avión de vuelta fue un calvario para Seve. En esa aeronave, Ballesteros tomó la decisión de colgar definitivamente los palos.

“No disfruté, pero fue lo que necesitaba para darme cuenta de que por allí no iba mi camino”, declaró entonces Ballesteros, ganador de cinco torneo de Grand Slam.

Ballesteros eligió un lugar emblemático para comunicar su retirada: el campo escocés de Carnoustie (Escocia), sede ese año del Open Británico. Allí debutó en 1975 en el Abierto Británico y ganó el primero de sus tres títulos de este torneo.

“Ha sido la decisión más complicada de toda mi vida”, declaró entonces Seve Ballesteros en una multitudinaria conferencia de prensa celebrada el 16 de julio.

Consumido ese verano de 2007, el jugador cántabro aseguró en una comparecencia pública en Madrid, el nueve de octubre, que la retirada le había “cambiado un poco la vida”.

En ese mismo foro, Ballesteros anunció que pronto vería la luz su libro autobiográfico y que una productora británica había elaborado un DVD sobre su vida.

Al golf le ha dedicado desde su retirada sólo pequeños espacios, como jugar algún Pro-Am y revisar los proyectos de diseño de nuevos recorridos. Ha diseñado campos por todo el mundo, precisamente esta misma semana tenía previsto inaugurar el último, en Portugal.

Su empresa de organización de torneos (“Amen Corner”) empezó a facturar cada vez menos y Seve se dedicó más, desde entonces, a ofrecer conferencias y entrevistas, para asociaciones y empresas, relacionadas con la motivación y a la autoayuda.

No obstante, Seve prosiguió muy activo. Se mantenía en buena forma física, con sesiones en el gimnasio de su casa en Pedreña y trayectos en bicicleta. “Ahora hago cosas que no hacía a los 25 años. La edad física no es un impedimento. Pero es curioso que la vida, a veces, es un trayecto de ida y vuelta. En mi primer torneo como profesional en Portugal acabé el último y en el que terminé mi carrera en Estados Unidos también fui el último”, comentó Seve Ballesteros en el mencionado foro madrileño.

En adelante, Ballesteros luchará por acabar en primero, como tantas veces a lo largo de su carrera, en el partido más importante de su vida.

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