La Asociación Mexicana de Bancos de Alimentos calificó de graves las irregularidades que la institución afiliada en Durango comete.
EL SIGLO DE DURANGO
Si los afectados por los abusos del Banco de Alimentos de Durango (BAD) se acercan a la Arquidiócesis para pedir ayuda, la Iglesia intervendrá. Así lo aseguró el arzobispo de Durango, Héctor González, quien reveló que en Oaxaca la gente “tronó” por una situación igual.
“El Consejo (del Banco) no debe depender de una familia”, destacó la máxima autoridad católica en la localidad al sugerir que dicha figura debe abrirse a la participación social.
El Arzobispo fue entrevistado sobre la situación que se presenta en el BAD, donde la familia Saturino Torres reconoció a este matutino que expide despensas con alimentos caducos, las maquila y vende a líderes sociales identificados con partidos políticos por 40 pesos cada una, es decir 35 pesos más que lo autorizado por la Asociación Mexicana de Bancos de Alimentos que ofrece subsidios altos.
HISTORIA SE REPITE
Héctor González aclaró que no conoce las irregularidades del Banco de Alimentos de Durango, pero ante los elementos que le aportó El Siglo de Durango reveló que en la asociación civil de Oaxaca la familia que lo manejaba generó molestia en los beneficiados, por lo que se tuvo que hacer una limpia.
Abundó que en aquella entidad la gente literalmente “tronó” y solicitó la intervención de la Iglesia Católica, ayuda que se prestó.
Situación grave
La vocera de la Asociación Mexicana de Bancos de Alimentos, AC, Claudia Garcilita, calificó de graves las irregularidades que la institución comete a nivel local, al vender despensas caducas y caras. Desmintió que esta agrupación envíe a Durango productos no aptos para consumo humano.
Gracilita confirmó que a los beneficiados del Banco sólo se les pide una cuota de recuperación por los productos que reciben, consistente en un peso por cada kilo de alimentos perecederos y 10 por ciento del valor en el mercado de los no perecederos.
Por lo anterior es que el BAD está fuera de norma al expender en 40 y 80 pesos las despensas entre los más de seis mil beneficiados que reportó ante la delegación estatal de la Secretaría de Desarrollo Social, para allegarse de recursos públicos en el 2006 por la cantidad de 100 mil pesos y en el 2007 por 180 mil. Éstos últimos tuvo que reintegrarlos a la dependencia en diciembre pasado.
Reconoció que las oficinas centrales de la asociación civil no tenían conocimiento de las denuncias ciudadanas que El Siglo de Durango recibió y menos que el BAD las vendiera y distribuyera a través de líderes populares.