Utilizar los servicios bancarios por la red genera beneficios y reduce costos, pero también hay que prevenir cualquier riesgo.
Utilizar los servicios bancarios por la red genera beneficios y reduce costos, pero también hay que prevenir cualquier riesgo.
Hace menos de tres meses, Andrea Flores descubrió las ventajas del uso de la banca por Internet. Desde entonces no ha visitado una sola sucursal bancaria y planea seguir así hasta que sea forzosamente necesario recurrir a las largas y aburridas estancias en el banco.
Dice que al principio le costó unas semanas acostumbrarse al cambio porque no conocía todas las posibilidades de Internet.
“De vez en cuando entraba al portal del banco pero sólo a revisar mi saldo”, comparte la joven de 24 años, tal y como lo hacen nueve de cada diez mexicanos que dicen utilizar la banca por Internet, según un estudio de la Asociación Mexicana de Internet.
Pero ahora Flores se considera una experta en transferencias electrónicas de dinero, paga los servicios de su casa en línea y no tiene problemas en los depósitos a terceros.
Incluso, asegura, ayuda a sus amigos para que se animen a usar la banca por Internet, aunque para ello les recomienda algunos principios básicos de seguridad en sus movimientos “virtuales”.
En un estudio, la Asociación de Bancos de México (ABM) en coordinación con la Asociación Mexicana de Internet (Amipci) establece que 67% de la población con acceso formal a los servicios financieros utiliza habitualmente algún portal bancario en el país.
De la investigación se desprende que 68% realiza transferencias entre sus cuentas personales, 64% deposita a terceros y 63% paga en línea sus servicios como teléfono, agua y luz.
Sin embargo, cuatro de cada diez consultados exige una mayor seguridad para incrementar el uso de esta tecnología.
QUE NO TE ESPÍEN
De forma intuitiva, Andrea sugiere a sus conocidos evitar el uso de computadoras públicas como en cibercafés, escuelas u oficina al momento de entrar al portal bancario favorito, con la finalidad de reducir el margen de operación de espías.
La Amipci dice que 94% de los usuarios de la banca por Internet conoce las medidas básicas de seguridad y muestra de ello es que 47% de las personas acceden a sus cuentas de forma electrónica desde sus hogares; el resto, 52% lo hace en su oficina y sólo 1% en lugares públicos. Para el manejo de contraseñas, Andrea utiliza una sencilla fórmula: que le resulten fáciles de recordar, pero difíciles de adivinar.
De forma adicional, la Comisión Nacional para la Protección y Defensa de los Usuarios de Servicios Financieros (Condusef) recomienda cambiarlas regularmente y utilizar combinaciones alfanuméricas -con letras y números-; y en caso de contar con varias cuentas en distintos bancos lo mejor será utilizar una clave distinta para cada institución.
Además será preciso desactivar la opción de recordatorio de contraseñas de la computadora para evitar que otro usuario acceda a las cuentas en automático.
Debido a que los fraudes cibernéticos cada vez son más complejos de detectar, las medidas de prevención deberán responder igualmente a esta complejidad.
Con la ayuda de un amigo, Andrea aprendió a revisar las direcciones electrónicas de los portales bancarios, pues está consciente que los intrusos diseñan sitios similares a los reales para robarse las contraseñas.
De este modo, antes de introducir cualquier dato verifica que después de la popular combinación “http” le siga una “s” de seguridad.
Condusef recomienda observar este requisito en todas las pantallas de la institución bancaria y de lo contrario cerrar la ventana de inmediato.
Otra de las sugerencias es actualizar de forma periódica el antivirus, antispyware y antiadware, programas de cómputo que protegen contra archivos maliciosos y aplicaciones espía.
Incluso, debido a que un banco no está autorizado para solicitar contraseñas, no se debe caer en el error de proporcionarlas a terceros.
Andrea nunca abre correos electrónicos de origen desconocido y mucho menos ejecuta archivos adjuntos a la mensajería electrónica; por eso no cae en la trampa de las personas que se dedican a rastrear datos personales de los cuentahabientes.
Según las recomendaciones de Condusef la lista de precauciones resulta tan larga como cada usuario desee.