La banda Salvador Jalife ha sido un semillero de talento musical en La Comarca Lagunera. (Fotografía de Érick Sotomayor)
Si para un músico enfrentarse en la intimidad de la interpretación a su instrumento es un reto, cuando la disciplina y compromiso que esto requiere se comparte con el proyecto de fomentar entre la niñez la pasión por la música como proyecto de vida, el reto no sólo aumenta, sino requiere que quien está detras de él, se despoje de la pretensión personal para llegar al consciente colectivo de los más asiduos creadores por naturaleza: los niños.
Joel de Santiago es un músico de tiempo completo. El instrumento que marcó su ingreso al mundo de las notas y los pentagramas fue el fagot, con él tuvo un encuentro personal que lo llevó a identificar a través de sus sonidos, una percepción personal del universo que lo rodeaba.
Su enamoramiento por este instrumento, muy particular, determinó su pasión y el camino a seguir, lo que significó viajar e ingresar a una de las escuelas más exigentes en cuanto a estudios musicales se refiere: la Escuela Nacional de Música.
El camino de la música ha tenido para Joel muchas paradas, desde primer fagot en orquestas sinfónicas y filarmónicas nacionales, el nacimiento de la Camerata de Coahuila, la dirección y fundación de su propio ensamble hasta la docencia musical, sin embargo, donde se detuvo con la intención de apostarle a un proyecto en el que se mezclan la función social como figura educativa y la enseñanza musical como concepto artístico, fue en la Banda Salvador Jalife, un modelo que a pesar de llevar más de 8 años existiendo, se sigue construyendo cada día.
La banda
Salvador Jalife
Joel de Santiago es el director de la Banda Salvador Jalife Cervantes, un proyecto de música infantil que surgió en La Comarca Lagunera en los años 90. Ha intentado rescatar el valor musical como un programa de educación y formación para niños interesados en aprender música.
“Todo músico tiene la obligación de trasmitir lo que otro maestro le trasmitió, en mi caso la interpretación de mi instrumento la realizo al interior de mi cuarteto Tempo Dificile, con el que hacemos programas y presentaciones. Por otro lado estoy con los niños haciendo una escuela de banda acá en Torreón, donde el objetivo principal es que los niños adquieran una técnica interpretativa del instrumento y formen parte de una banda; disfrutar, rescatar la música mexicana que se pierde, que ya no se toca en vivo”.
Una banda sinfónica, como la Salvador Jalife, es una banda que principalmente está integrada por instrumentos de viento y percusión. Para que la banda sea sinfónica debe tener la mayor cantidad de instrumentos posibles, en el caso de la que dirige De Santiago, actualmente tiene oboes, clarinete bajo y fagot que son parte de la sección de maderas, que complementa una banda de alientos o vientos.
En cuanto a la interpretación, una banda puede ser muy versátil, igual puede interpretar arias de ópera, obras clásicas, oberturas, sinfonías como también la música popular, no tiene límite. Por eso es que cuando se escucha una banda, su repertorio puede incluir música de mariachi transcrita para banda, música de la Huasteca o norteña, marchas, polkas, etc., lo que caracteriza a un grupo musical de esta naturaleza es su particular sonoridad.
Desde el año 2000, en el que se reforzó el proyecto, la banda Salvador Jalife ha logrado sacar tres generaciones de músicos, una de las tantas aspiraciones de los niños que ingresan a esta aventura musical es llegar a tocar en la máxima orquesta de la región, la Camerata de Coahuila, y varios alumnos que formaron parte de las filas de la Salvador Jalife, han tocado en la Camerata, otros han continuado sus estudios profesionales o forman parte de los grupos musicales de la región, las bandas municipales de las tres ciudades que integran La Comarca y orquestas de afuera.
Invitación abierta
Los niños que integran esta banda lagunera están básicamente reunidos en torno a su pasión por la música; para su director, son niños que cuentan con un enorme talento y una virtud especial, después de que realizan su audición y hacen parte del grupo, día a día adquieren amor no sólo por la banda y la música, sino por su región, lo que se ve reflejado en la disciplina y el compromiso en los ensayos y las presentaciones.
La invitación para formar parte de esta banda es siempre permanente, al interior de ella hay niños de todas las clases sociales, incluso hay quienes se encuentran becados y reciben un ayuda especial para el transporte.
Uno de lo aspectos más importantes es sin duda alguna la facilidad que adquieren los niños que estudian música frente a cualquier tipo de aprendizaje, incluyendo el escolar.
Gracias a la suma de esfuerzos, este proyecto continúa vigente y ganándose un reconocido lugar en la historia musical de La Laguna. El Instituto Tecnológico de Estudios Superiores de Monterrey, campus Laguna, el Ayuntamiento de Torreón y el doctor Salvador Jalife García, Decano de México, han creído firmemente en la formación musical de los niños como proyecto social y artístico, un proyecto que va más allá de un sueño para muchos pequeños que han hecho de la música su vida.
