El presidente electro Barack Obama tiene ante sí un cúmulo de problemas de tal magnitud que su inicio de Gobierno en enero próximo supondrá una labor titánica, para la que deberá allegarse a los mejores asesores, a los más sesudos analistas, a los expertos en todas las áreas, porque todas serán importantes: la guerra de Irak, la guerra de Afganistán, el problema de la violencia dentro y fuera de su país, la gravísima situación económica que le deja el inconsciente presidente Bush, la inconformidad de millones de norteamericanos que se han quedado sin casa, y de las grandes empresas que están a punto de quebrar; y para colmo, un mundo en el que el deterioro global ocasionado por nuestra irresponsabilidad y agravado por la negativa de Estados Unidos y de China para aceptar el protocolo de Kyoto, que ocasiona ya el calentamiento global y las catastróficas consecuencias que vemos en todos lados: seguías, inundaciones, deshielos y otras catástrofes que cobrarán millones de vidas en los próximos años.
En relación a esto, Obama ha dicho: “es tiempo de enfrentar este desafío de una vez por todas, retrasarlo ya no es una opción, negarlo ya no es una respuesta aceptable; las apuestas están demasiado altas, las consecuencias demasiado serias… pocos desafíos que enfrenta Estados Unidos y el mundo son más urgentes que combatir el cambio climático, pero con frecuencia Washington ha fracasado en demostrar su liderazgo; eso cambiará cuando (yo) asuma la Presidencia”.
Es por esto que llama la atención muy gratamente que un mexicano, el Premio Nobel de Química Mario Molina, haya sido requerido para formar parte del equipo de transición de Obama como líder de los planes para desarrollar la política de ciencia y tecnología del nuevo Gobierno.
La designación no es gratuita, Mario Molina fue desde hace tiempo asesor del presidente Jacques Chirac y fue integrante del Panel Internacional sobre el Cambio Climático, como experto en la composición química de la atmósfera, y ya desde entonces (1974) había presagiado lo que ocurriría si no se tomaban las providencias necesarias.
Mario Molina, que compartió el Premio Nobel con Sherwood Rowland y Paul J. Crutzen, desde hace mucho tiempo ha insistido en los problemas que nuestro país tiene y tendrá debido a la indolencia con la que tratamos al medio ambiente; lamentablemente, sus palabras han caído en el vacío, y solamente es llamado de cuando en cuando para “tomarse la foto” en una conferencia o un simposio en el que se hable del cambio climático, lo que muestra no sólo la indiferencia de nuestros gobiernos hacia este tema, sino el desprecio por la ciencia que se convierte en olvido; si Mario Molina se llamara Marc Mc Moleen, sus opiniones seguramente habrían sido escuchadas, pero nadie es profeta en su tierra.
Como quiera que esto sea, su designación en el grupo del presidente Obama es una gran noticia, en medio de muchas otras de las que no podemos enorgullecernos.
BIEN Y DE BUENAS
Todo comienza con un sueño; todo comienza con una idea que surge en la mente: desde la invención y el uso del fuego hace miles de años hasta los más avanzados milagros tecnológicos, antes de ser realidad estuvieron en la mente de alguien.
Y cuando los sueños se convierten en realidad, no podemos sino estar bien y de buenas.
¿Cuáles son tus sueños?, ¿qué idea, proyecto, propósito tienes en la mente?, ¿un nuevo negocio?, ¿una nueva forma de trabajar?, ¿un viaje?, hoy es el día para llevarlo al cabo, o iniciarlo, hoy es el día para vivir bien y de buenas.
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