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Bhutan

Julio Faesler

Thimphu, Bhutan. Mientras Nepal abandona la monarquía y Pakistán se debate en sus sangrientos problemas de identidad, Bhutan, el reino del Dragón Tronante, Druk Yul, emprende nuevos caminos haciendo gala de creatividad y pragmatismo, hacia nuevas formas de Gobierno. País teocrático por excelencia, regido por las enseñanzas budistas, Bhutan se encuentra en los valles de la imponente cordillera de los Himalayas, inserto entre dos colosos: India y China.

El proceso modernizador empezó en diciembre de 2005 cuando el rey Jigme Singye Wangchuck anunció que compartiría con representantes populares su omnímodo poder. Después de estudiar las opciones de la experiencia mundial se escogió el sistema parlamentario monárquico.

La dinastía Wangchuc se fundó en 1870 cuando una asamblea de monjes, funcionarios y personalidades eligió como Rey a Ugyen Wanhchuc cuyos descendientes supieron ir sorteando las frecuentes amenazas para su integridad territorial que llegaban desde fuera. La amistad de India fue siempre un baluarte protector. El tercer Rey creó un Consejo de Ministros para ayudarlo a gobernar. El Rey permanece como símbolo de unión nacional y la nueva Constitución dispone un Gobierno repartido en el Consejo de Ministros, el Consejo y la Asamblea Nacionales,

En 2007 el Rey abdicó en su hijo Jigme Khesar Namgyar Wanghuc joven progresista con estudios en Europa y Estados Unidos. De inmediato el nuevo Rey se avocó la tarea de preparar a sus 700 mil súbditos, imbuidos de seculares tradiciones para los novedosos sistemas de representación electoral.

El Instituto de Astrología determinó que los comicios deberían celebrarse entre diciembre de 2007 y febrero siguiente. Las elecciones para el Consejo Nacional se realizaron el 31 de diciembre del año pasado. Los votantes, con sus atuendos nacionales como lo dispone la Ley, utilizaron aparatos electrónicos. Observadores de Australia, India y Estados Unidos presenciaron el proceso.

La Asamblea Nacional funciona desde una de las salas legislativas más notables del mundo, Espaciosa, decorada fastuosamente con coloridos de rojos, verdes y azules perfilados profusamente en oro, el recinto se aloja en un moderno edificio que se inspira en la milenaria cultura arquitectónica semejante a la de Nepal y Tibet.

Frente a las curules de los 130 representantes populares se encuentra el trono real flanqueado a su vez por dos grandes estatuas del Buddha que reciben constante homenaje de incienso y ofrendas rituales. Se fusionan aquí el poder temporal con el espiritual en la que es seguramente la última nación teocrática del mundo.

La evolución hacia la democracia se acompaña de disposiciones para promover la educación y la economía y así abrir oportunidades a miles de ansiosos estudiantes que empiezan a darse cuenta del mundo exterior. Hasta ahora las sencillas actividades de sus padres no ofrecen ocupación suficiente para emplear sus talentos. Las transformaciones en una sociedad alfabetizada en un 60% tendrán que dosificarse procurando no perder los valores que hasta ahora han dado sustento y unidad.

El Rey de Bhutan se hizo mundialmente famoso al declarar ante expertos de Naciones Unidas que el índice de Felicidad Nacional Neta es mucho más importante que cualquier Producto Nacional Neto. Encuestas subsecuentes han confirmado que, efectivamente el índice de satisfacción y bienestar de los bhutaneses es superior al que se da en el resto de los países. El 45% de los encuestados afirmó ser muy feliz, 52% feliz y solamente 3% no feliz. En los Estados Unidos, el mismo año de 2005 la encuesta, el 30% respondió que eran felices, 58% bastante felices y 12% infelices.

Bhutan da pasos sorprendentemente inteligentes para articularse sin violencias con el resto del mundo del que durante siglos se distanció intencionalmente a fin de conservar sus creencias, su idílica geografía y la pureza de su estilo de vida.

Todos los que hemos tenido ocasión de asomarnos al reino del Druk Yul deseamos que el Dragón de los Truenos que hasta ahora habita en los Himalayas no pierda nunca su ingenuo vigor atropellado por el progreso que supuestamente le ofrece la despiadada globalización a la que ahora tendrá que enfrentarse.

Enero 2008

juliofelipefaesler@yahoo.com

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