Algunas parejas han sido engañadas y casadas por padres ‘pirata’.
Apenas escuchó la voz por la línea telefónica, sintió que la sangre le subía al rostro, y que se le caía el alma al suelo. No, no era la misma que había bendecido la unión con su esposa, la que les dio tantos y tan bonitos consejos. No, era el padre que los había casado... si es que efectivamente, para la Iglesia, ella y él estaban, están realmente casados.
-Perdone... ¿pero sí es usted el padre Teodoro Arrieta?- preguntó.
-Sí, yo soy. Desde que nací. Bueno, Teodoro desde que me bautizaron, y padre, sacerdote, desde mi ordenación.
Quedaron en verse días después. Él y su esposa acudieron al pequeño cuarto que sirve como oficina de una modesta capilla cerca de Cuernavaca. Y alarmados, comprobaron que no, el hombre de gesto bondadoso que los atendía, no era el mismo que semanas atrás ofició en un jardín de la capital morelense. El sacerdote vio luego la fotografía que le mostraron, del evento. Bromista, dijo: “pues no, a menos que en los últimos días haya envejecido 20 años, no somos la misma persona”.
Ella y él, víctimas de una mujer, llamada o supuestamente llamada Mary Escobar. Como lo marca la moda, decidieron casarse en la ciudad de Cuernavaca. Salieron una mañana temprano del Distrito Federal a buscar jardines por allá. Encontraron a un amigo que casualmente estaba citado con la tal señora Escobar para supervisar los últimos preparativos de su propia fiesta de bodas y pagarle: 130 mil pesos.
“Yo me encargo de todo, del lugar, los adornos, el banquete, la música, el video, la misa. Eso sí, para el padre, como viene desde la Ciudad de México, habrá que darle 6,500 pesos. Pero yo me encargo, ustedes nada más se preocupan en llegar, en que lleguen sus invitados y ya estuvo”, prometió la mujer más tarde, en su despacho, instalado en una casona del Fraccionamiento Jardines de Tlaltenango. A la semana siguiente regresaron a una degustación de la comida que se serviría. Esa vez, Mary les dio el nombre del sacerdote, mismo que buscaron y encontraron en Internet, en el directorio de la Diócesis de Cuernavaca.
Y se casaron. La comida, pésima. Los centros de mesa no eran los prometidos. El “padre” les dijo al final de la misa que luego les mandaba el acta, la fe de matrimonio eclesiástico. La organizadora dijo que ella misma se los llevaría con el video y las fotos.
Pero... desapareció. También su página de Internet. Se fue Mary Escobar sin pagar renta de la casa, ni a los empleados. Y aparecieron en cambio otras personas, cuando menos, hasta el momento siete parejas, que fueron engañadas, que pagaron y al llegar a la supuesta fiesta, encontraron el jardín cerrado, sin nada, sin nadie. Hubo un caso en el que los invitados se cooperaron para pagar de emergencia el alquiler del lugar y comprar en el mercado barbacoa, carnitas y quesadillas. Otros han tenido que suspender el viaje de luna de miel, tuvieron que pagar otros servicios.
“A nosotros no nos fue tan mal, digo, nos casó un padre ‘pirata’, o sea que ni casados estamos, mi mamá no lo sabe, tampoco los invitados. Ya el padre verdadero dijo que nos hará la misa, gratis, será sin invitados. Pero ¿se imagina qué sentí cuando me di cuenta que no era la misma voz?” cuenta él. Su esposa sonríe resignada. No a cualquiera le pasa...
Fuera de templo, no vale
Las bodas, bautizos que se realicen en una ceremonia fuera de una parroquia o sitio será anulado por la Iglesia, en tanto que el sacerdote puede llegar a ser suspendido de su ministerio, y quienes sean falsos ministros o “piratas”, pueden ser denunciados a las autoridades por fraude.
José de Jesús Aguilar, encargado de Radio y Televisión de la Arquidiócesis de México, señaló en entrevista: “Lamentablemente algunas personas piensan que por tener cierta capacidad económica o ser famosos pueden realizar este tipo de eventos, pero la Iglesia los desconoce”.
Aguilar precisó que cuando se trata de capilla aunque sea muy bonita, pero es privada, no se permite y no funcionan como lugares de culto.
Y por lo tanto también está prohibido en restaurantes, jardines, playas, hoteles o casas privadas. José de Jesús Aguilar reiteró que los matrimonios realizados en playas o algún otro lugar privado, son declarados nulos.