Miembros de los servicios de rescate inspeccionan el lugar en el que un artefacto hizo explosión cerca de un autobús civil en la ciudad de Trípoli, al Norte de Líbano. (AP)
La frágil estabilidad del Líbano se vio sacudida ayer por un atentado en la ciudad norteña de Trípoli en el que murieron al menos 11 personas y otras 54 resultaron heridas, un día después de que el Parlamento otorgase su confianza al nuevo Gobierno.
Entre las víctimas mortales hay nueve militares y treinta de los heridos son uniformados, según afirmó el Ejército en un comunicado.
El suceso se produjo cuando una bomba, que contenía al menos mil 500 gramos de explosivos y que al parecer fue accionada a distancia, explosionó a pocos metros de un autobús, ocupado en su mayoría por militares, que hacían el recorrido entre Trípoli y Biblos, según dijeron fuentes policiales.
La explosión destrozó el vehículo y varios cadáveres quedaron esparcidos a su alrededor, muchos de los cuales presentaban sus extremidades mutiladas. Algunos restos humanos fueron proyectados a los techos de los edificios de los alrededores, que también sufrieron daños.
Las fuerzas de seguridad acordonaron el lugar donde se produjo la explosión, la calle Massarif, en el Centro de Trípoli, una de las más concurridas de la ciudad y donde se encuentra la estación de autobuses.
Miembros de la Cruz Roja Libanesa necesitaron horas para evacuar a los heridos, que fueron llevados a diferentes hospitales de Trípoli.
En un comunicado, el Ejército afirmó que el atentado estaba dirigido de modo directo contra las Fuerzas Armadas y la paz civil.
Los líderes libaneses condenaron unánimemente el atentado, que consideraron como un acto de intimidación contra las Fuerzas Armadas y el pueblo libanés.
El presidente Michel Sleiman, antes de partir hacia Siria para cumplir su primera visita oficial a ese país desde que llegó al poder, en mayo pasado, condenó el “acto terrorista” y dijo que el Ejército y la Policía “no se inclinarán ante las tentativas de intimidación”.
En un comunicado, renovó su llamamiento a la reconciliación y a la unidad frente a los actos de violencia e instó a las fuerzas de seguridad a acelerar las investigaciones en curso para identificar a los autores.
Por su parte, el jefe del Parlamento, Nabih Berri, condenó el atentado “terrorista y criminal” y señaló que el momento en que se produjo coincide con la visita que a Siria del presidente Sleiman, como si su objetivo fuese “impedir la normalización de las relaciones entre ambos países”.
Los vínculos entre estas dos naciones se había deteriorado tras el asesinato el 14 de febrero de 2005 del exprimer ministro Rafic Hariri, atribuido al régimen de Damasco, que se vio obligado retirar sus soldados y agentes del Líbano después de tres décadas de presencia.
Condenan el atentado
Organismos internacionales y diversos gobiernos condenaron el atentado ocurrido ayer en Trípoli, Líbano.
El presidente francés, Nicolás Sarkozy, cuyo país ejerce este semestre la presidencia de la UE, calificó el atentado de “odioso y cobarde” y subrayó el “apoyo indeclinable de Francia al Líbano, a sus autoridades y sus instituciones de seguridad en su lucha contra el terrorismo”.
Por su parte, la comisaria europea de Relaciones Exteriores, Benita Ferrero-Waldner, pidió que los autores de “este atroz crimen sean perseguidos y llevados ante la justicia”.