La convocatoria ha quedado lista: Todas las féminas, como decía mi abuelita, “en edad de merecer”, deberán incorporarse a las Brigadas Femeninas. La voz del Líder ha sonado y la ciega obediencia será la primera prueba para este ejército que velará por preservar intocados los más altos intereses de la nación.
Fue una idea genial, pues para arrostrar los peligros que la defensa de un país en riesgo hay que afrontar, nada mejor que células conformadas por mujeres, que además de buenas para el barullo, suelen ser entronas y arrojadas.
Incluso se ha reconocido públicamente que hasta la policía se mide un poco más para reprimir a un grupo de damas que a una bola de pelandrines, dizque muy hombrecitos los condenados.
El movimiento será pacífico, pero si a la hora de tomar carreteras, bloquear vialidades, cerrar bancos y bolsas bursátiles, impedir el libre tránsito de los ciudadanos o cualquier otra monería de las brigadistas, alguien se molesta, ¡aguas!, porque ahí sí van a saber de todo lo que son capaces, pues como hembras y madres saben y aquilatan el valor del sacrificio.
Pero no vaya usted a creer, amable lector, que por mi cabeza, ocupada de tiempo completo en el destino de Hugo Sánchez, ha pasado tocar el tema de las movilizaciones convocadas por el autonombrado “presidente legítimo”, ¡no! Lo mío, lo mío, lo mío es el deporte y las brigadas femeninas a las que aludo son las chicas de Leonardo Cuéllar, que a partir del miércoles jugarán en Ciudad Juárez en pos de un boleto para los Juegos Olímpicos.
La verdad, el esfuerzo que hacen estas chicas es del todo loable, ya que en un deporte sobrevalorado y supercomercializado como el futbol, a ellas les tocan migajas y son, como alguna vez lo definió un alto dirigente estúpido y miope, la “última prioridad” dentro de la Federación.
Sin embargo, las chavas sacan la casta y a jalones y estirones van avanzando en un mundo de reciente creación, pues el balompié femenil en México todavía no acaba de cuajar, y eso hace la labor de su técnico tan plausible como titánica.
Las mexicanas enfrentarán a Jamaica y luego a Estados Unidos, buscando calificar y jugarse el todo por el todo contra algún rival que saldrá de entre Canadá, Costa Rica y Trinidad-Tobago, aunque con la experiencia de los varones es mejor no adelantar vísperas.
Habrá quien piense que la comparación entre esta Selección y la varonil resulta inadmisible, y tiene razón; ya quisieran los varones, mimados hasta el exceso y cobrando salarios con muchos ceros, tener la humildad y la entrega de las chicas de Leo.
Con muchas novedades este grupo intentará la hazaña; por mi parte, estoy seguro la conseguirán e irán a Beijing, y a las Iris Mora, Charlyn Corral, Evelyn López y mis “paisanas” morelenses Mónica Ocampo y Pamela Tajonar desearles todo el éxito, para gloria de México y de las Brigadas Femeninas.