Patricio Borghetti y compañía quieren un mejor país. (El Universal)
El Universal
MÉXICO, DF.- El festejo de fin de año implica un nacimiento. Se brinda por una mejor vida y se hacen propósitos para ser mejores personas el próximo año. El elenco de Emperadores de la Antártida también lo hizo: brindó por un 2008 donde la gente se solidarice con sus semejantes.
Este mensaje es primoridal dentro del musical y lo reafirmaron sus protagonistas Patricio Borghetti, Georgina Levin, Jorge Hernández y Esteban Masturini con un brindis realizado justo a mitad de “la Antártida” que cada semana se monta en el Teatro del Centro Cultural Telmex.
Hubo nieve, témpanos de hielo y, por supuesto, pingüinos.
Los actores se vistieron para soportar el frío caracterizados como sus personajes.
Jorge Hernández, quien interpreta a un pingüino gurú, brindó por la solidaridad: “Al final de la obra, mi personaje señala precisamente que esta época del año es para divertirse pero tambien para reflexionar sobre los errores que cometemos cuando nos olvidamos que somos uno con los demas”.
Esta frase es la lección que aprende el personaje que interpreta Patricio Borghetti, Sebastián, quien luego de sobrevivir a una tormenta de nieve convive con los pingüinos que le enseñan una dura lección de vida y le dan un motivamente mensaje de unidad y amor.
Jorge Hernández señala que precisamente este es un enfoque novedoso: “No sólo hay que ser solidarios entre los humanos, sino también con los árboles, con los animales, en general con cualquier ser vivo. Todos tenemos derecho a compartir un pedazo de este planeta”.
Emperadores de la Antártida también señala que la vida en las grandes ciudades se ha convertido en un tormento, incluso peor que cualquier tormenta de nieve.
Georgina Levin, quien interpreta a la protagonista Mercedes, menciona: “Un buen propósito para el próximo año sería erradicar la violencia en la Ciudad de México.
Y para lograrlo se necesita crear más trabajo y en consecuencia otorgar una mejor educación”.
Levin, originaria de Mazatlán y que hace una buena interpretación como Mercedes, explica que la felicidad no está en comprar mejores cosas para vivir con más comodidad, sino en una sociedad sin violencia.
La actriz sabe que el mundo no es rosa pero confía en que es posible mejorarlo: “A eso venimos al mundo, a colaborar y crecer sin pisotear al otro. Las grandes ciudades tienen una dualidad de cosas buenas y malas; nuestra labor consiste en transformar esa dualidad en algo positivo para la mayoría”.