El mandatario de EU, George W. Bush, convivió ayer con niños de una escuela primaria en Irlanda. (AP)
El presidente de EU, George W. Bush, regresó ayer a Washington tras recibir un importante espaldarazo del primer ministro británico, Gordon Brown, que anunció nuevas sanciones a Irán y más tropas para Afganistán.
Ambos mandatarios se reunieron durante dos horas para tratar sobre el programa nuclear iraní, la situación en Irak y Afganistán -donde ambos países mantienen tropas-, Birmania y el proceso electoral en Zimbabwe, entre otros asuntos.
Brown anunció nuevas sanciones contra Irán y tropas adicionales para Afganistán, dos de los objetivos que Bush se proponía en su visita de despedida al continente.
Además, ambos líderes se mostraron totalmente en sintonía con respecto a la presencia militar en Irak, donde descartaron una retirada antes de haber cumplido sus objetivos.
Al comenzar la rueda de prensa, Brown declaró que, ante el rechazo iraní a cancelar el enriquecimiento de uranio, “no tenemos otra opción más que intensificar las sanciones”.
El Reino Unido adoptará a partir de ayer sanciones en el sector petrolero y energético. También congelará los activos en el exterior de la principal entidad financiera iraní, el banco Melli.
El primer ministro británico aseguró que Londres pedirá a la Unión Europea que adopte medidas similares y que la UE “lo aceptará”.
En Luxemburgo, donde se reunieron ayer los ministros de Exteriores de la UE, fuentes diplomáticas indicaron que el paquete de aplicación de las sanciones “estaba listo” pero que no se aprobaría en esos momentos.
Bush expresó a Brown su agradecimiento por “una declaración clara, firme y necesaria” y aseguró que “el mundo libre debe trabajar unido y al unísono para impedir que los iraníes puedan desarrollar” armamento nuclear.