El mandatario colombiano Álvaro Uribe gesticula junto a un cuadro del libertador Simón Bolívar hoy, 15 de julio de 2008, en la Casa de Nariño de Bogotá, durante la instalación del Comité de Honor que impulsará la celebración del Bicentenario de la Independencia de Colombia, que se conmemorará el 20 de julio de 2010. (EFE)
El fin de la mediación de los emisarios de Francia y Suiza, en particular, para buscar un acuerdo con las FARC, supone hoy un reto complicado para el Gobierno de Álvaro Uribe que busca contactos directos con esa guerrilla.
El presidente Uribe, después de la operación militar de rescate de Íngrid Betancourt y otros catorce secuestrados el pasado 2 de julio, decidió poner fin a la intervención autorizada de los países medidores (Francia, Suiza y España) para buscar un acercamiento con las FARC y anunció su intención de establecer un contacto directo.
La decisión fue tomada como consecuencia del éxito de la operación, pero también por la desconfianza manifestada en los emisarios Noël Saez (francés) y Jean Pierre Gontard (suizo), de quienes el Gobierno sospecha una cercanía con las Fuerzas Armadas Revolucionarias de Colombia y que se han extralimitado en sus funciones.
Francia, por medio de su embajador en Bogotá, Jean Michel Marlaud, consideró que la facilitación europea, tras la decisión colombiana, "se quedó sin espacio" para buscar un acuerdo que libere a los secuestrados y pidió a la guerrilla reflexionar.
Pero, las suspicacias acerca de la labor del emisario suizo van más allá, y hoy la Fiscalía colombiana informó de que llamaría a declarar a Gontard para que responda por las acusaciones de manejar 500 mil dólares de las FARC en Costa Rica.
El fiscal general, Mario Iguarán, dijo hoy a la emisora de radio La W que la decisión se tomó tras las declaraciones en ese sentido del ministro de Defensa, Juan Manuel Santos, y que según las últimas investigaciones, los acercamientos que logró Gontard con las FARC al parecer excedieron los límites humanitarios.
El mandatario colombiano ha reiterado su invitación a las FARC y también al Ejército de Liberación Nacional (ELN), segunda guerrilla del país, a hacer un acuerdo de paz "con dignidad", con el argumento de que su Gobierno está dispuesto al diálogo.
Uribe ha subrayado que mientras se consigue esa aceptación, su Gobierno seguirá con la política de seguridad democrática y no cejará en sus operativos militares.
El Gobierno, que ahora se siente respaldado tras el rescate del 2 de julio, trata de contactar directamente con "Alfonso Cano", alias de Guillermo León Sáenz, máximo jefe de las FARC, para conseguir un acuerdo humanitario, que ponga en libertad a los secuestrados, y eventualmente lograr un proceso de paz.