La Unión de Naciones Suramericanas (UNASUR) arrancará hoy en Brasilia con el pie izquierdo. El ex presidente ecuatoriano Rodrigo Borja, a quien se le había ofrecido la Secretaría Permanente del organismo, la rechazó por estar en desacuerdo con el modelo de integración, con el que la nueva institución –otro intento por emular a la Unión Europea-, echará a andar el Consejo Sudamericano de Defensa (CSD).
El Consejo, impulsado por Brasil y Venezuela, contempla la unificación de las políticas de defensa, al tiempo que buscará “asegurar la integración industrial militar”.
Borja, quien había sido propuesto por el presidente ecuatoriano, Rafael Correa, admitió ante la prensa que “no puedo ocultar mi frustración”, ya que fue la burocracia y la falta de definiciones para su designación lo a que lo llevó a dimitir un día antes del evento, el que definió como “un foro antes que una institución orgánica”.
“La estructura de UNASUR debería funcionar por encima de las diferencias ideológicas entre los gobiernos de nuestra región”, como la Comunidad Andina de Naciones (CAN) y el Mercosur.
Ya días atrás, el presidente colombiano Álvaro Uribe había rechazado la presidencia del UNASUR por las diferencias que su Gobierno mantiene con el ecuatoriano.
Salvo García, que se manifestó abiertamente en contra del Consejo el pasado viernes en Lima, todos los gobiernos acordaron avanzar en la integración militar. “Una integración disuasiva”, según su mentor el ministro de Defensa brasileño, Nelson Jobim, quien en los últimos meses no dejó capital por recorrer, ni Gobierno por visitar con el proyecto del CSD.
Para algunos analistas el proyecto obedece a una especie de “guerra fría” que en los últimos años se habría desatado en la región, cuando Chile -quien presidirá el UNASUR hasta noviembre próximo-, primero y luego Venezuela y Brasil iniciaron una carrera armamentística inusual en los últimos años.
Los datos de 2005-2006 indican que Chile derivó más de 2,200 millones de dólares al reequipamiento de sus Fuerzas Armadas y Venezuela un poco menos, Empero, en el escalafón de potencias militares de América Latina elaborado por la revista especializada Military Power Review es Brasil la principal potencia armamentística, seguido por Perú, Argentina, Chile y Venezuela.
En 2007, Colombia derivó más de 1.3 mil millones de dólares en armamento para su lucha antinarcóticos y antiterrorista. De ahí que Uribe haya puesto algunos reparos a la CSD, volviendo a diferenciarse de la mayoría de los países sudamericanos.