Un hombre disfrazado de Santa Claus se baña durante la edición 64 del tradicional Baño de Navidad en Niza, Francia.
Ofrecen tiendas departamentales atractivos descuentos.
Inclementes nevadas, estacionamientos llenos y rebajas atractivas recibieron este fin de semana a los estadounidenses en los centros comerciales, donde los establecimientos minoristas hacían un último esfuerzo por persuadir a la gente para que gastara su dinero, en la recta final antes de la Navidad.
Desde las más conocidas tiendas departamentales hasta los comercios en las calles principales, fueron ampliados los horarios de atención al público -en algunos casos abarcando las 24 horas del día-. En la mayoría de los establecimientos, el personal ofrecía un servicio especialmente amable a la clientela, en busca de salvar un poco lo que probablemente será la peor temporada de compras en varias décadas, ante la recesión y la incertidumbre sobre la economía.
“Ellos realmente quieren mantenerla a una allí dentro”, dijo Kim Rardon, residente de Raleigh, Carolina del Norte, quien se sorprendió por las rebajas que vio el sábado, mientras buscaba regalos en el centro comercial Crabtree Valley, ubicado en el Norte de esa ciudad.
Para las personas dispuestas a abrir la billetera, las promociones abundaron.
En Miami, Ana Solís compró en la Disney Store varias camisetas que mostraban a Tigger y a la Rana René. Una de esas camisetas, cuyo precio original era de 24.99 dólares, tenía una etiqueta roja de 7.99 dólares, a la que debía descontarse un 40 por ciento adicional.
En la tienda principal de Macy’s en la Calle 34 de Nueva York, los compradores se arremolinaron alrededor de anaqueles donde se ofrecía un descuento del 65 por ciento en la ropa para mujer. En otros lugares de la tienda, había descuentos de 50 por ciento en bolsos de diseñadores como Dooney & Bourke o Coach, y 40 por ciento en los aretes de oro.
Chris Moscardelli, de 38 años, encontró rebajas aún más atractivas, al obtener una frazada de cachemira por menos de la mitad de lo que costaba originalmente.
“Este ha sido un día estupendo”, expresó.
Pero no lo fue para Ahmad Parpia, dueño de Marquise Jewelers, dentro del centro comercial Valley View en Dallas, quien ha visto esfumado lo que solía ser su periodo más rentable del año.
Pocos compradores están ingresando a la joyería de cuatro pisos para mirar las gargantillas con incrustaciones de diamantes, los relojes de oro o los otros productos, pese a los carteles que anuncian: “Crédito disponible hasta por 10 mil dólares. Mejoramos cualquier precio competitivo”.
“Esto se ha derrumbado como un 80 por ciento en los últimos dos años”, lamentó Parpia. “Jamás había visto algo así antes de la Navidad, y he estado en el negocio casi 15 años”.