Los gobernadores de Coahuila, Nuevo León y Tamaulipas exigieron que la reforma energética les permita explotar la Cuenca de Burgos, la principal reserva de gas natural de México, que abarca los tres estados y anunciaron que estudian crear una empresa que pueda asociarse con Petróleos Mexicanos para compartir las ganancias del yacimiento.
En un comunicado conjunto luego de la tradicional cabalgata por la franja fronteriza, Humberto Moreira, de Coahuila; Natividad González Parás, de Nuevo León, y Eugenio Hernández, de Tamaulipas, exigieron al Congreso cuidar que la reforma les permita retener “la riqueza generada por la explotación de hidrocarburos en la Cuenca de Burgos”.
El pronunciamiento se da un día después de que gobernadores de ocho estados petroleros del país, incluido Tamaulipas, exigieron que la reforma permita inversión privada en actividades de Pemex.
El viernes, los gobernadores de Campeche, Chiapas, Guanajuato, Hidalgo, Oaxaca, Tabasco, Tamaulipas y Veracruz pidieron que la Ley les permita a los estados asociarse con Pemex.
La Cuenca de Burgos, que abarca una franja que corre entre Tamaulipas y el Centro de Coahuila, es el yacimiento más grande de gas natural del país, pero su explotación se ha visto entorpecida porque Pemex no tiene recursos para invertirle y no puede asociarse con empresas privadas.
Moreira dijo que los tres gobernadores analizan crear una empresa paraestatal que les permita acceder a contratos de servicios públicos de Pemex relacionados con la exploración y explotación del gas que existe en la zona.
Dijo que esta medida es una forma de garantizar que la riqueza generada por la explotación de la Cuenca de Burgos alcance a los habitantes de la región.
Eugenio Hernández, de Tamaulipas, dijo que los tres estados norteños quieren dar servicio a Pemex “en materia de exploración, explotación y refinación de los recursos de la Cuenca de Burgos”.
QUIERE FAP LIMITAR AL CONGRESO
Por otra parte, la toma de las tribunas en la Cámara de Diputados y el Senado por parte del Frente Amplio Progresista (FAP) lleva ya 13 días y el FAP puso como condición para liberarlas que el PRI y el PAN no llamen a un periodo extraordinario de sesiones para votar la reforma energética.
El periodo de sesiones termina el 30 de abril y PRI y PAN habían pactado un debate de 50 días para la reforma, con la posibilidad de un periodo extraordinario antes de septiembre. El FAP pide cuatro meses de debate y llevar la reforma a las Cámaras en septiembre.
“Estamos dispuestos a suspender de inmediato las acciones en las Cámaras, si logramos un acuerdo de que en el periodo de receso no habría la convocatoria para un periodo extraordinario”, dijo Carlos Navarrete, coordinador de los senadores del PRD.
La propuesta llegó luego de que los coordinadores parlamentarios del PRD, PT y Convergencia se reunieron con Andrés Manuel López Obrador.