Ante el deterioro superficial por la lluvia ácida que sufren zonas arqueológicas como El Tajín, Veracruz, científicos de la Universidad Nacional Autónoma de México (UNAM) buscan desarrollar un recubrimiento protector que minimice o evite el daño.
En un comunicado, Humberto Bravo Pérez, coordinador de la investigación que realizan expertos de la Sección de Contaminación Ambiental (SCA) del Centro de Ciencias de la Atmósfera (CCA), señaló que el propósito es la defensa de esos monumentos de roca caliza.
Ello, explicó, debido a que pierden carbonato de calcio a razón de 1.05 miligramos por centímetro cuadrado cada año, lo que equivale a 4.15 micrómetros superficiales.
Indicó que en colaboración con María del Carmen Calderón, del Laboratorio de Aeropartículas, y Heberto Novelo, de la Facultad de Ciencias, especialistas en el tema, se busca evitar el crecimiento de algas, hongos y líquenes que deterioran estas edificaciones.
Así, agregó, se han probado polímeros y productos químicos, pero sin resultados pues la piedra se sella y ya no respira; esa situación podría deteriorar la estructura mineral, que sería aún más grave.
El científico informó que la medición del daño en las construcciones se ha hecho con el uso de una cámara de intemperismo acelerado, diseñada y construida en la SCA donde se simulan las condiciones de intemperie de modo apresurado.
Bravo Alvarez y su equipo iniciaron el estudio de la lluvia ácida en la década de los 80 y desde entonces han logrado avances importantes en el método de colección y localización de los receptores y análisis de la lluvia seca (polvo) y húmeda.