Ubicada en los terrenos que se encuentran a espaldas del Teatro Alberto M. Alvarado, La Cafetera busca ser remozada y reubicada próximamente. (Fotografías de Sergio Reyes)
El Instituto de Cultura de GP trabaja en un proyecto para reubicar y remozar la estructura metálica realizada en 1952.
Actualmente ubicada a espaldas del Teatro de Gómez Palacio, Alberto M. Alvarado, la estructura metálica conocida como La Cafetera, sigue olvidada de un pedazo de tierra, y es hoy por hoy el único vestigio de este tipo que ha sido testigo de antiguos tiempos de prosperidad de la ciudad.
Ahora, con los cambios que se están haciendo en la infraestructura de las calles que rodean a La Cafetera, muchos románticos, investigadores e interesados en la memoria colectiva de la ciudad, se preguntan cuál será el destino de ese homenaje metálico a las generaciones que lo vieron nacer en 1952, cuando a don Juan de Aguiñaga se le ocurrió darle este diseño al tinaco en donde guardaba el agua para su empresa denominada Tostadores y Molinos de Café Famoso y Comercial.
La cafetera fue por muchos años la referencia obligada para quienes transitaban la vieja carretera Auto-Club, pero ahora puede ser considerada como una escultura urbana que provee pasajes de historia e identidad a los umbrales comerciales de Gómez Palacio, por lo cual es de gran importancia para la entidad.
Y ahora, el futuro de esta original estructura puede cambiar, pues en vez de seguir deteriorándose, el Instituto Municipal de Cultura de dicha ciudad busca reubicarla y posteriormente remozarla, informó Patricia Hernández Ramírez, directora de Cultura de Gómez Palacio, y añadió que el rescate de La Cafetera es un proyecto que se está contemplando para iniciar “desde ya” este mes de enero.
El proyecto, asegura Hernández Ramírez que se realizaría de la mano con el departamento de Desarrollo Urbano: “Pues ellos son que son los que hace toda esta planeación de la ciudad y ya trabajándolo con ellos veremos hacia dónde la podemos mover, habría que buscar un espacio en donde esté a la vista del público, porque ahí en donde está como muy escondida y en un sitio en el que es muy fácil que se deteriore porque es un espacio de tráfico de carga que sí está un tanto pesado, está en un área que creo que es una instalación eléctrica, entonces hay que moverla de sitio”.
Pero el primer paso será obtener La Cafetera, el segundo será moverla probablemente a un área cercana al estacionamiento del Centro de Convenciones Francisco Zarco, pero después, dice la directora de cultura de Gómez que la siguiente acción será “remozarla un poco, ponerle lo que haga falta aunque conservando siempre ese cierto carácter de lo que ya tiene, creo que eso sería importante”.
Y porque se ha convertido en una referencia para los habitantes de Gómez no quieren que La Cafetera se pierda: “Nos interesa rescatarla porque yo creo que se ha vuelto una especie de icono para mucha gente, muchos la ubican y le tienen cierto aprecio, porque sí es algo que no diría que es cien por ciento representativo de la ciudad pero sí muy importante, y sí es un punto de referencia para mucha gente, entonces creo que lo correcto sería darle su lugar”.
Por su parte, Román Eguía, artista visual lagunero nacido en Gómez Palacio dice que para él será un acierto que se logre rescatar La Cafetera: “Me parece muy bien que estén pensando en rescatarla, porque es parte de la historia, sí es una estructura muy característica de la ciudad, y es bueno también que el público se entere a quién se le ocurrió hacerla y por qué, porque esos vestigios de alguna manera son las cosas que dan identidad a la región y me parece bastante correcto”.
Así mismo, Eguía remarca el valor de esta pieza más que como obra de arte como un elemento de identidad para todas las personas que han vivido en esa ciudad: “Pues me parece más una cuestión de identidad, porque por ejemplo en otros sitios han hecho reproducciones de la torre Eiffel, pero eso es un icono de otro lugar y cuando lo reproducen denota precisamente una falta de identidad, pero cosas como éstas (de La Cafetera) o edificios históricos sí es importante rescatarlas, porque forman parte de la historia del lugar, son realmente la esencia del sitio, son las que dan testimonio de la gente que ha vivido aquí, de sus habitantes, de los intereses que tenían, saber qué características tenía la región en esos momentos”.
Además...
Dentro de los otros proyectos para este mes del Instituto Municipal de Cultura de Gómez se encuentra un ciclo de cine que realiza la instancia en colaboración con el Centro Cultural Circo Volador del Distrito Federal a través de su programa denominado Psicocinema, que trae hasta La Laguna lo mejor del género con una selección de cuatro películas de terror que forman parte del festival de cine After Dark Horror Fest, donde se incluyen filmes de reciente factura realizadas por jóvenes directores como Takashi Shimizu, Mitchell Altieri, Phill Flores, Mike Méndez y Jasón Todd Ipson. Este ciclo se proyectará todos los viernes desde el próximo 11 de enero, a las 8:30 de la noche en el Teatro Alberto M. Alvarado, y la entrada será únicamente para mayores de edad.
Por otra parte, la instancia ofrecerá la continuación del taller de Teatro-Cabaret que ofreció el año pasado, y en esta ocasión el curso todos los días desde hoy y hasta el 16 de enero con la asesoría del maestro Alberto Domínguez, especialista en el género.
Y finalmente, Patricia Hernández informó que ya están abiertas las inscripciones para todos sus talleres permanentes entre los que se encuentran teatro para adultos, fotografía, guitarra, teatro infantil, bailes de salón, yoga y otras disciplinas artísticas. Para mayores informes puede comunicarse a los teléfonos 750-10-03 y 750-10-29.
La historia
Algunos datos acerca de la historia de la estructura urbana conocida como La Cafetera.
■ Fue mandada construir en 1952 por don Juan de Aguiñaga como un tinaco para la producción de café y al mismo tiempo fue ideado con la finalidad de que resultará una publicidad para el producto.
■ La pieza fue diseñada por don Juan de Aguiñaga y realizada por varios herreros de la región de los cuales hasta hoy se desconocen sus nombres.
■ La pieza constituye hoy un legado al estilo de una escultura urbana que se ha convertido en símbolo de identidad para muchos gomezpalatinos, pues siempre sirvió como referencia obligada para quienes transitaban la vieja carretera Auto-Club.
■ Al crecer en ese sitio el negocio del café, don Juan implementó una nueva área agropecuaria a la que llamó Centro de Inseminación Artificial Granja Aguiñaga.
■ El color original de La Cafetera era plata, luego don Juan la pintó de color naranja y así permaneció.
■ La fábrica de café para la cual proveía agua La Cafetera cerró en los años 60.
■ Don Juan murió en 1989, y fueron vendidos todos sus terrenos pero ninguno incluía La Cafetera que ha quedado desprotegida, sin dueños y en medio del tránsito pesado que pasa a su lado.
■ Cabe mencionar que han sido muchos los artistas que han hecho esculturas de objetos de uso común en el hogar.