La clavadista Paola Espinosa tiene confianza de obtener otra medalla, ahora en la plataforma de 10 metros, donde las chinas parecen imbatibles. (Jam Media)
La medalla la ganaron al saltar como si fueran una, por tanto, simbólicamente una de las preseas se quedó con las dos la primera noche que pasaron como medallistas olímpicas.
“Descansé un poco, estaba nerviosa, no sabía qué iba a pasar y una medalla siempre había sido el sueño de mi vida”, dijo Espinosa sobre la hazaña conseguida martes pasado. Este jueves, ambas clavadistas tuvieron la mayor parte del día libre, pero no pudieron disponer por completo de la mañana puesto que tuvieron que atender a una conferencia de prensa y una sesión fotográfica, aún así, se les captó de buen ánimo y con ganas de comerse el mundo.
“Vengo preparada desde hace mucho tiempo, no hemos hecho una preparación extra o especial en estos días”, dijo Espinosa quien busca terminar el reinado de las chinas en la plataforma de 10 metros. Las orientales permanecen invictas en Juegos Olímpicos, Copas del Mundo y Campeonatos Mundiales desde 1998, pero nada es para siempre.
“Ganar la medalla (de bronce) me quitó presión, sé que la prueba va a ser difícil pero puedo dar la sorpresa, el sueño aún no termina”, afirmó segura Espinosa.
A pesar de su gran amor por los clavados y férrea disciplina en la fosa, Paola sabe que una relación sana con el deporte implica no pensar en él las 24 horas del día.
“Procuro distraerme con otras cosas, disfruto de la música y la buena comida”, dijo la clavadista, aunque por el momento no se puede dar tantas licencias, pues hay que guardar la forma deportiva. Paola llega a estos Juegos con experiencia suficiente, pues debutó en Atenas 2004, un ciclo antes del que se había contemplado. Tatiana en cambio, cumplió con el pronóstico y debutó en Beijing con una presea. “Me he encontrado con Fernando Platas, Carlos Mercenario y Jesús Mena, quienes me dieron la bienvenida al club de medallistas olímpicos”, dijo Ortiz con emoción.
Ambas clavadistas se conocen desde hace más de cinco años, aunque se separaron unos años cuando su antiguo entrenador, Francisco Rueda, se llevó al equipo a Monterrey y Tatiana decidió quedarse en México donde radica su familia.
Ahora, Espinosa y Ortiz entrenan juntas bajo las órdenes de la china Ma Jin.