Poco más de seis años después de grabar su nombre en la historia del futbol mexicano, Gabriel Caballero regresa a tierras orientales con ganas de dejar huella.
Poco más de seis años después de grabar su nombre en la historia del futbol mexicano, Gabriel Caballero regresa a tierras orientales con ganas de dejar huella.
Caballero, de origen argentino pero mexicano desde el 2001, fue el primer naturalizado en jugar una Copa del Mundo con la camiseta del Tri en el torneo Corea-Japón 2002, y ahora quiere ser el primero en ganar un mundial de clubes.
"Lo que queremos es hacer historia representando no sólo al Pachuca y a Hidalgo, también al futbol mexicano y a toda la zona de CONCACAF", dijo Caballero. "Desearía lo mejor para mí y para el equipo, conseguir este título donde están los mejores equipos del mundo sería fabuloso".
Pachuca, que el año pasado fue eliminado en su primer encuentro al perder 1-0 ante el Etoile de Túnez, abrirá su participación en el torneo el sábado contra Al Ahly de Egipto.
"Estamos con muchas ganas, con mucho ánimo de que las cosas salgan bien, de buscar el resultado, de conseguirlo y estar contentos", agregó el volante, quien tiene cinco títulos en México, cuatro de ellos con los Tuzos. "En el mundial pasado fuimos superiores pero nos descuidamos, ellos hicieron un gol y se acabó el partido, ahora no podemos tener equivocación alguna en los 90 minutos y cuando tengamos oportunidad, hay que ser efectivos".
Caballero, de 37 años de edad, está consciente que a su edad no le quedarán muchas posibilidades de regresar a un torneo como este.
"Es por eso que esto se vuelve muy importante para mí en lo personal, ya tuve la suerte de ganar muchos campeonatos con este equipo, pero ahora estoy en una etapa en la que estoy llegando al final, por lo que todo lo que se juegue hay que disfrutarlo y tratar de ganarlo todo", agregó el jugador.
Caballero, quien llegó a jugar a México fichado por Santos en 1995, no olvida lo difícil que fue convertirse en ese jugador que fue presa de duras críticas al ser llamado al equipo mundialista del 2002, que dirigía Javier Aguirre, pero se siente contento de que ahora los naturalizados sean mejor vistos con la selección.
"Es un poco más aceptado ahora, porque después de mí, en cada ciclo los entrenadores llaman por lo menos un naturalizado y ya la gente se acostumbra un poco más", agregó Caballero, quien jugó 107 minutos en el mundial de Corea-Japón.
"Creo que ya pasó ese momento, se rompió la barrera del nacionalismo...del patriotismo, creo que ahora veo a todos unidos por un mismo fin y me da gusto porque el futbol es diferente a otras cosas, aquí no hay diferencias irreconciliables entre los países porque el futbol une a todos", concluyó.
