El número dos del Ejército de EU en Irak, Lloyd J. Austin III, calificó ayer de “frágil” la situación de seguridad en el país árabe, a pesar de la disminución de los ataques de la insurgencia, según la agencia iraquí “Asuat al Irak”.
El teniente general explicó que “el progreso de la seguridad en Irak es frágil por los ataques llevados a cabo por Al Qaeda en Irak contra civiles y los ataques con morteros por parte de grupos apoyados por Irán en la Zona Verde (en Bagdad) y otras zonas residenciales”.
Aún así, el militar señaló que “las acciones violentas con coches-bomba, asesinatos sectarios y los (hallazgos de) cadáveres no identificados han disminuido en un 60 por ciento desde sus niveles más altos el verano pasado”.
En cuanto a los combates entre el Ejército iraquí y milicianos shiies, Austin dijo que “las operaciones militares no acabarán en Ciudad Sadr (en el Este de Irak) hasta que los grupos especiales que lanzan cohetes contra la Zona Verde sean capturados y entregados a las autoridades judiciales iraquíes”.
El Ejército de EU denomina “grupos especiales” a la facciones shiies rebeldes, apoyadas por Irán, que desafían la tregua declarada en agosto pasado por el clérigo shii Muqtada al Sadr en la lucha contra las tropas estadounidenses.
Austin añadió que EU espera que “Sadr elegirá el camino de la paz y de la responsabilidad” y eximió a su milicia, “Ejército del Mahdi”, de lo que “hemos visto en los últimos días”, aunque dijo que “Sadr podría parar los ataques”.
El barrio de Ciudad Sadr es escenario de intensos combates desde que el primer ministro iraquí, Nuri al Maliki, ordenara el 25 de marzo una ofensiva en Basora -550 kilómetros al Sur de Bagdad- contra las milicias shiies, lo que provocó una escalada de violencia en varias zonas del país.
